La renuncia de Patricia Bullrich al PRO, y su posterior afiliación a La Libertad Avanza, formalizó la relación de la ministra de Seguridad con el gobierno violeta. A nadie le sorprendió su salto político que, de hecho, sirvió para que los amarillos se distanciaran de la funcionaria, a la que cuestionaron por su actitud especulativa y cambio de convicciones. A poco de las elecciones porteñas, y en medio de un clima de mucha tensión, su abandono fue resignificado como un hecho positivo, y no como una pérdida.
Para Bullrich, el traspaso fue un acto de "coherencia", pero para el PRO fue una pérdida de reputación. Con un duro mensaje en redes, los amarillos advirtieron que, "al darle la espalda a aquellos que la votaron y creyeron en ella, deja atrás una parte muy grande de su reputación, tal vez toda. El PRO, como los electores, aprende de la buenas y malas experiencias, distingue entre las personas y sigue avanzando para cumplir su mandato de cambio". Un antes y un después, una línea divisoria entre los que valen y los que no.
“Patricia decidió irse. Después de la elección, habiendo sido nuestra candidata y presidenta del PRO decidió pasarse a la LLA”, LE dijo una fuente macrista porteña a El Destape. “Nosotros nos quedamos en el PRO. No especulamos. No cambiamos de convicciones ni de camiseta por una elección. Acá vamos a seguir defendiendo a los porteños, como lo hicimos siempre”, agregó.
La funcionaria de Javier Milei hace rato forma parte activa de la campaña violeta en la Ciudad de Buenos Aires, donde Manuel Adorni parece discutir cualquier cosa menos una banca en la Legislatura. Medio gabinete ya desfiló por las calles porteñas y los spots oficiales para intentar apuntalar una candidatura que, según algunas encuestas y números que se manejan en el gobierno de la CABA, lo ubican peleando el segundo lugar con el PRO.
“Al fin sucede y se sinceran las cosas como son. Desde el 10 de diciembre de 2023 no forma parte del PRO. De ahí para acá, se ocupó de destruir al partido que le dio el honor de ser la peor candidata a presidenta en la historia del espacio”, se lanzó duramente desde otro sector del armado amarillo.
En esa línea, la fuente aseguró que “lo mejor que puede hacer es sincerar su afiliación a LLA y dejar que los que somos del PRO sigamos reconstruyendo el partido que destrozó”. Al menos desde marzo del año pasado, con el cambio en la conducción del espacio macrista, se cuestionó duramente la gestión de Bullrich como jefa del partido, acusándola de haber abandonado el federalismo pero también la identidad del armado.
La interna del 2023 tampoco colaboró con la delicada situación del espacio. Un episodio que todos coinciden en señalar como dañino para la convivencia interna. Un hecho del que Mauricio Macri se distancia, ubicándose como mero observador. Una apreciación lejana a la que tienen los participantes de esa elección, que lo señalan por haber potenciado la pelea al apoyar a Bullrich primero y por no haberse comprometido con ella después.
De a poco, el bullrichismo va pegando el salto hacia las filas libertarias. Los primeros en hacerlo fueron los bonaerenses que fusionaron el bloque en la Legislatura provincial. Le siguieron los porteños, que hicieron lo propio en la de la Ciudad, donde funcionaron como opositores durante todo el primer año de gestión de Jorge Macri.
Lo cierto es que uno de los últimos actos públicos de Patricia como afiliada al macrismo fue junto al vicepresidente segundo del partido a nivel nacional, el diputado Damián Arabia. El armador y hombre de confianza de la ministra de Seguridad presentó su libro No me rompan las pelotas y contó con la presencia estelar de la ex candidata a presidenta por Juntos por el Cambio.
“Lo vi crecer, comprometerse, dar cada paso con pasión y coraje. Orgullo infinito”, escribió la funcionaria en sus redes sociales. Además de mantener una relación de mucha cercanía, tanto Bullrich como Arabia son dos figuras importantes a la hora de pensar en un armado político, tanto desde el Congreso como en el territorio.
Los dos construyeron una campaña imposible en 2023, con muchos menos recursos que Horacio Rodríguez Larreta y muchos kilómetros recorridos, por lo que supieron generar relaciones y puentes con distintos dirigentes. La cercanía de los libertarios con el gobierno del Chaco, única provincia donde cerraron una alianza, es uno de los frutos de esa construcción. Bullrich estuvo esta semana en aquel distrito del norte y el diputado ya se mostró en otras latitudes. Siempre, los dos, con la misión de sumar lo más que se pueda y el objetivo final de vencer también a Mauricio Macri.
Arabia mantiene una muy buena relación con el presidente Javier Milei, con quien ha compartido fotos en las redes y es uno de los diputados destacados del bloque PRO. Maneja alrededor de 15 legisladores, tanto del espacio amarillo en la Cámara Baja como de otros que actualmente ocupan una banca pero que ya no forman parte del armado macrista. Un número para nada despreciable ya que, de mantenerse el ordenamiento actual, numéricamente quedaría como el cuarto más voluminoso.
Por el momento, sin embargo, no hay ninguna definición tomada. En el bloque amarillo no tienen precisiones, pero el bullrichismo tampoco avanzó con la fragmentación. Hay mucho que pensar antes de avanzar con cualquier decisión porque un rompimiento de tal magnitud podría descompensar la relación entre el PRO y los libertarios.