Decenas de familias quedaron en la calle luego de que quebrara una histórica fábrica de papa fritas que funcionaba hace más de 70 años. Es otra de las tantas víctimas que se cobró la crisis económica generada por el gobierno de Javier Milei, que en poco más de un año cerró más de 12 mil empresas.
Tras varios meses de pelea por parte de sus empleados, finalmente la Justicia decretó el quiebre de la compañía que era un emblema del lugar, pero que no pudo superar la caída de las ventas en el marco de la crisis de consumo que atraviesa el país.
Se trata de la fábrica de Gonzalo, una de las empresas más reconocidas de Mendoza, que se encargaba de la producción de papas fritas y otros snack y elementos de copetín y que era una de las marcas más conocidas en la provincia y la región.
Allí trabajaban 27 empleados, la mayoría con más de 20 años de antigüedad. La comunicación sobre la quiebra del lugar llegó a los trabajadores a través de un audio de WhatsApp por parte del dueño de la empresa a comienzos de diciembre. De estos empleados, 15 se dedicaban a la producción y mantenimiento, cinco hacían el reparto, tres se ocupaban de tareas administrativas y la atención al público, más otros dos que trabajaban en Neuquén haciendo toda la distribución del Sur y otro en Tunuyán encargado del reparto en la zona del Valle de Uco.
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Se estima que la compañía debe 75 millones de pesos solamente con ARCA, que sumada a otras obligaciones, lleva al endeudamiento a una cifra superior a los $100 millones. Los bienes de la empresa, incluyendo maquinarias y propiedades, serán utilizados para cubrir las deudas pendientes
Ahora comenzará para los trabajadores un largo proceso para poder cobrar las liquidaciones correspondientes y se estima que los empleados tendrán el pago correspondiente recién el próximo año.
Despidos en una histórica empresa marítima
Los trabadores de una histórica empresa marítima denunciaron que la compañía realizó despidos injustificados y reclaman que la firma no cumplió con el acuerdo paritario. Por este motivo se vive un duro conflicto en el lugar entre el gremio y la empresa.
La Federación Sindical Marítima y Fluvial (FESIMAF) declaró el estado de alerta permanente, tras el despido sin justa causa de los tripulantes del buque arenero “Doña Isabel”, por parte de la empresa Silos Areneros. La dirigencia gremial aseguró que “no tolerará dicho accionar” y exigió a la firma a que retrotraiga su decisión y que procedan con la reincorporación inmediata de los trabajadores despedidos en sus respectivos puestos laborales.
Además, también señalaron que la empresa no solo despidió trabajadores, sino que no está cumpliendo ni respetando el acuerdo salarial firmado con la Cámara Argentina de Arena y Piedra.
Por este motivo, hace unos días decidieron llevar adelante una medida de fuerza y demorar los buques de Silos Areneros manteniendo la permanencia de la tripulación a bordo para pedir que se cumpla con el aumento salarial pactado.