La casa donde vivimos es mucho más que un refugio físico: es un reflejo de nuestro mundo interior y de las emociones que a veces ni siquiera reconocemos. Según Patricia Traversa, directora del Centro Oficial de Feng Shui Profesional, el hogar manifiesta a través de su organización, colores y desperfectos, los pensamientos y creencias inconscientes que hemos plasmado en él.
Patricia Traversa explicó que “el síntoma de tu casa viene a mostrarte un conflicto inconsciente o una emoción no expresada”. Es decir, cada rincón puede contener ilusiones, frustraciones, miedos o mandatos familiares que se expresan en desorden, humedades o incluso objetos decorativos.
La explicación del desorden en los hogares, según el feng shui
Por ejemplo, el desorden persistente en un área específica puede indicar aspectos personales que necesitan más claridad y orden. La especialista aconsejó preguntarse qué emociones surgen ante ese caos, ya que “ordenar, sacar lo que sobra, es un proceso de liberación y de enfoque en metas claras”.
Las paredes que se descascaran son otro mensaje importante: representan “nuestra piel dentro de la casa” y su deterioro apunta a conflictos en las relaciones y en la capacidad de conectar con el amor que necesitamos.
Las humedades y goteras, por su parte, simbolizan frustraciones o miedos, y su ubicación dentro del hogar ofrece pistas sobre el área personal afectada. Por ejemplo, las humedades en el cielo raso reflejan bloqueos en el crecimiento personal, mientras que las canillas que gotean pueden expresar sensaciones de escasez o problemas económicos.
Además, Traversa señaló que “la puerta de acceso a una vivienda representa nuestro presente”, y que una cerradura que se traba es un indicio de dificultades para abrirse a nuevas oportunidades. Recomienda reparar estos detalles para permitir una mayor libertad en las elecciones diarias.
La acumulación excesiva de objetos también tiene su significado: guardar todo “por las dudas” puede estar vinculado a miedos e incertidumbres. Soltar y confiar en el futuro ayuda a liberar energía y a dar espacio a la prosperidad.
Otros síntomas, como desperfectos eléctricos frecuentes, pueden reflejar estrés y ansiedad, mientras que la atracción por máscaras o la presencia de sables y katanas en la decoración puede estar conectada con secretos ancestrales o historias de defensa familiar.
En cuanto a las pinturas, las marinas tormentosas indican conflictos inconscientes en áreas como el dinero o el amor, y cambiarlas por imágenes más serenas puede ayudar a enviar un mensaje positivo al entorno.
Las plantas también son un indicador sensible: si se enferman o mueren sistemáticamente, pueden estar absorbiendo las tensiones del hogar. Mantenerlas saludables genera un Qi positivo que favorece el bienestar y la prosperidad.
En definitiva, el lenguaje simbólico de la casa permite identificar heridas emocionales y patrones que limitan nuestro desarrollo. Traversa afirmó que “conectarnos de modo positivo y resiliente con nuestro hábitat resulta inspirador y revitaliza” porque ayuda a desterrar creencias que desgastan nuestra energía y a instalar pensamientos positivos.
Tomar conciencia de estas manifestaciones sin enojarse y aceptando lo que enseñan, permite armonizar tanto el hogar como las relaciones familiares y proyectos personales. Animarse a habitar con conciencia abre la puerta a un fascinante camino de autoconocimiento y autonomía.