Quiénes son los incels en Argentina: cómo opera la comunidad y sus vínculos con Milei

05 de abril, 2025 | 19.00

La serie "Adolescencia", recientemente estrenada en Netflix, develó la existencia a nivel mundial de subculturas juveniles e ideologías misóginas que conviven entre el territorio digital y el físico, y se han vuelto cada vez más hostiles y agresivas en los últimos años. Haciendo foco particularmente en la denominada cultura incel, la producción explora la "andrósfera" o "manósfera", que para muchos se trataba de un punto ciego en la trama social y política, y el fuerte impacto que tienen sus narrativas antifeministas y discursos de odio en el comportamiento y salud mental durante una etapa extremadamente compleja y vulnerable como es la adolescencia.

Si bien es una ficción filmada en el Reino Unido cuyo principal disparador es un crimen, en Argentina la temática de los incels y estos escenarios, donde los jóvenes varones tienden a construir sus identidades a partir de espacios virtuales misóginos, se resignifica y merece una lectura propia teniendo en cuenta el vínculo indirecto que existe entre dicha cultura y las retóricas de la ultraderecha conservadora que dieron forma a las bases del movimiento libertario, cuyo mayor referente es el propio presidente de la Nación, Javier Milei. Sin caer en simplificaciones excesivas al analizar la relación, es necesario comprender e identificar los rasgos en común que atraviesan y atraen a varones jóvenes, que se han convertido en vectores portadores y reproductores de estos discursos en el marco de un escenario de fuerte desigualdad social, fragmentación de los vínculos y crisis de salud mental.

Quiénes son y cómo nacieron los incels

La dimensión Incel (Involuntary Celibates, o célibes involuntarios, en castellano) es la más activa en el universo “manosférico” al que podemos definir como el conglomerado de comunidades de varones heterosexuales de internet que comparten creencias antifeministas, y promueven la masculinidad enfatizando la misoginia y un fuerte rechazo hacia las mujeres y personas LGBTIQ+.  Este submundo ha crecido en las últimas décadas alimentado por el discurso patriarcal contra el crecimiento del movimiento feminista, pero sobre todo a la par del malestar social, la incertidumbre, el temor y la falta de perspectiva que provoca crecer siendo un varón cis heterosexual en medio de un sistema que se cae a pedazos y no garantiza las condiciones de desarrollo ni las oportunidades que el modelo de masculinidad histórico, el del hombre proveedor, pregona. 

Si bien no hay una ideología incel clara en la que todos estén de acuerdo, sí podemos decir que estas comunidades parten de dos preceptos: entienden que la sociedad se ordena según una jerarquía determinada principalmente por las características físicas; y que la responsabilidad de ello es de las mujeres. En la práctica comparten un lenguaje propio, códigos y terminologías que los identifican, como la regla del 80/20 o la de los red pill, black pill; memes que los representan; y suelen interactuar en grupos de Telegram, plataformas como Youtoube, Instagram, Tik Tok o X, y sobre todo espacios en la deep web y foros como Reddit, 4Chan, 8Chan, Tumblr, Taringa que nacen, desaparecen y reaparecen bajo diferentes nombres.

El origen del término Incel sin embargo se remite a fines de los 90’s cuando fue acuñado por una mujer canadiense, cuyo seudónimo era Alana, que emprendió el Proyecto de “Célibe Involuntario” desde una mirada colectiva, con el objetivo de crear una comunidad de acompañamiento online y brindar apoyo a personas, de cualquier género y edad, que les costaba tener una vida romántica activa, experimentaban soledad y falta de reconocimiento. Años después fue apropiado por grupos de varones heterosexuales que se convocaban en internet a través de ideas misóginas y se definían a sí mismos como víctimas de una distribución desigual del capital erótico en la sociedad, que los privaba de tener relaciones sexuales con mujeres por no ser lo suficientemente atractivos o interesantes.

Alejandro Campos, politólogo y escritor de El huevo de la serpiente, libro que analiza el ascenso de los extremismos de derecha, explica que la creencia que sostiene la victimización de los Incels es que las mujeres, por determinismo biológico, tienen más oportunidades y opciones para elegir en el "mercado sexual" y los hombres están en desventaja. De allí surge la famosa regla 80/20 que sugiere que el 80% de las mujeres solo se sienten atraídas por el 20% de los hombres. En la práctica esta distribución desigual se manifiesta en el lookismo, es decir la forma en que se valora el atractivo físico y sexual, fenómeno por el cual los atractivos, los Chads y las Stacys que aparecen en los memes, tienen acceso a más oportunidades sociales, económicas y románticas lo que conduce a una concentración en pocas manos, mientras los poco encantadores son maltratados y excluidos. Desde esta visión los varones hegemónicos y exitosos son objeto tanto de desprecio como de envidia, al tiempo que las mujeres son consideradas superficiales e incapaces de apreciar otras cualidades.

Durante muchos años estos grupos se mantuvieron a la sombra y sin pasar a la acción violenta directa. Hasta 2014 cuando un joven de 22 años llamado Elliot Rodger asesinó en California a seis personas, hirió a catorce, y luego se suicidó, en lo que se definió como la masacre de Bella Vista. Roger se identificaba en el mundo online con la comunidad Incel, y solía difundir mensajes misóginos a través de los cuales se victimizaba y culpaba a las mujeres de su fracaso en las relaciones románticas. En sus escritos advertía que buscaría venganza por el dolor y el daño que le habían ocasionado. Luego de trascender por el crimen masivo, se transformó en una suerte de mártir, un símbolo para estos grupos de Incels y comunidades en línea, y el debate que se generó a partir su retórica de misoginia extrema y sus actos violentos inspiró otros a radicalizarse y poner en marcha actos similares.

La comunidad Incel en Argentina

En Argentina no hay registros de atentados incel como los consumados en otros países. Sin embargo, estos grupos se han extendido en los últimos tiempos, sobre todo después de la pandemia, y recientemente se han producido algunos acontecimientos que advierten su potencial para la violencia, en un contexto social de tolerancia a los discursos de odio y un discurso oficial de deslegitimación de la lucha contra la violencia de género.

En agosto de 2024 se conoció que una persona, bajo el seudónimo de Grunt 16, realizó una amenaza violenta en un grupo abierto de Telegram del que participaban estudiantes de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA: “Voy a ir a la fiesta de exactas con una escopeta. Esto no es un chiste. Tengo una escopeta y la voy a usar en la fiesta de exactas. Vayan si tienen huevos”. El mensaje hacía referencia a un evento organizado por el Centro de Estudiantes de la Facultad, el CECEN, que luego fue suspendido. Posteriormente se conoció que la amenaza la había realizado un alumno de la casa de estudios, justamente identificado como parte de la comunidad Incel, al que se le abrió una investigación, se lo suspendió y se le prohibió el ingreso a los edificios.

Recientemente en la misma facultad otros dos alumnos de la carrera de Ciencias de la Computación fueron imputados por los delitos de coacción y hostigamiento digital , por hechos que ocurrieron entre 2022 y 2024, contra una compañera. Según la denuncia, radicada en el Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de Buenos Aires, operaban en plataformas y grupos de Telegram, como “Incels DC UBA” o “Grunt Posting”, en los que compartían información privada sobre la joven, exponían que era modelo en OnlyFans, e incentivaban a los integrantes a hostigarla y amenazarla. A partir de ser víctima de acoso constante la denunciante sufrió el deterioro de su salud mental, situación por la que está en tratamiento psicológico, y abandonó sus estudios.

Puntos de conexión entre Milei y la ideología incel

Existen cuatro puntos centrales a analizar para comprender la sintonía entre la ideología incel y el paradigma libertario: en primer lugar, el discurso directamente antifeminista y las críticas a lo que llaman la ideología de género, bajo el argumento que estas corrientes promueven una visión distorsionada de la sociedad y perjudican a los hombres. Estas ideas que son centrales en la narrativa libertaria se han establecido con Milei en la Casa Rosada como políticas de Estado en una suerte de revancha constante por los espacios y derechos conseguidos por los movimientos de mujeres y diversidades en los últimos 20 años. Aquí podemos sumar el ataque misógino permanente del presidente, y las provocaciones milimétricamente orquestadas en las redes, contra artistas mujeres exitosas y figuras femeninas relevantes que se atreven a cuestionar al gobierno.

Campos explica que según diferentes investigaciones los Incels tienden a identificarse con la derecha alternativa y mantienen una postura muy antiprogresista en aquellos países, como Argentina, en lo que se ha avanzado hacia derechos que garantizan un mejor nivel de vida a las mujeres y diversidades, ya que consideran que eso les quita el lugar y las posibilidades de acceso al mercado sexual: “Lo que dicen es, en aquellas sociedades donde las mujeres no tienen tanto para elegir, tantos hombres para elegir, o más bien no pueden elegir tanto porque, por ejemplo, necesitan tener un hombre que las mantenga, en esas sociedades los Incels sí tenían más posibilidades. Cuando las mujeres tienen más posibilidades, y eso coincide con los países que adoptan políticas progresistas, entonces los incels tienen menos chances porque las mujeres tienen más abanicos de elección”.

En segundo término, podríamos marcar que la retórica anti-establishment, la imagen de Milei como un outsider que desafía el statu quo, vino a "dinamitar" al Banco Central, destruir el Estado desde adentro y romper con los privilegios de la "casta", puede resonar en la personalidad herida y el resentimiento de los Incels que suelen sentirse perdedores, marginados, excluidos por la sociedad. No casualmente el mandatario fue, antes de volcarse a la política partidaria, un fenómeno comunicacional emergente de redes sociales y plataformas consumido mayormente por varones de entre 16 y 25 años. Desde el estilo confrontativo, su aspecto desalineado y su promesa mesiánica de cambio radical, hasta sus performance violentas y disruptivas en espacios solemnes, son características que contribuyen a crear esta imagen de Milei como un hombre común similar a ellos.

Asimismo, es primordial recalcar la mirada hiper individualista como pilar fundamental del pensamiento libertario. El énfasis que hace Milei de la libertad individual y el rechazo a las formas de solidaridad cooperativa o la intervención estatal pueden ser interpretados por los Incels como una justificación de su aislamiento, su desdicha en las relaciones interpersonales, y su incomodidad para moverse entre las normas sociales establecidas. A menudo en estos grupos se refieren a problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad, causados por una alta sensibilidad al rechazo, baja autoestima y un mayor miedo a estar solteros. La extensión del uso de los dispositivos para socializar, la lógica de vidriera de las aplicaciones de citas, y la cultura del "encuentro casual", podrían ser fábricas de Incels teniendo en cuenta que los varones jóvenes experimentan un mayor nivel de rechazo y “fracaso amoroso” que las generaciones anteriores.

Finalmente, hay un aspecto fundamental a tener en cuenta que es el aislamiento como foto de época,  que permite comprender el fenómeno sociocultural y su impacto en lo político. “El creador y guionista de Adolescencia, Stephen Graham, justamente remarca que tanto el comienzo como el final de la serie tienen lugar en la habitación de Jamie. Creo que la habitación está retratada como un territorio medio insular vinculado a algo central en la serie que es el fenómeno del aislamiento, un fenómeno político central a ser pensado hoy”, analiza el escritor Campos. El aislamiento, potenciado por el confinamiento producto de la pandemia del COVID, fue uno de los principales factores en el proceso de radicalización de los Incels pero también de los jóvenes de ultra derecha. La falta de conexón social, el no registro del otro, la dificultad para comunicarse, la sensación de incomprensión y la imposibilidad de establecer relaciones sexoafectivas impulsan a los jóvenes varones a buscar desde sus habitaciones territorios propios, generalmente digitales, donde encuentran un sentido de pertenencia, respuestas, un lenguaje, una ideología que justifica su visión distorsionada de las relaciones interpersonales y teorías conspirativas que refuerzan su visión del mundo.

En una sociedad de vínculos rotos, este tipo de ideologías radicalizadas devuelven esperanzas, un sentido de pertenencia o una comunidad simbólica idealizada, y despliegan una narrativa que apunta a seducir a los sujetos masculinizados heridos. La lógica binaria, blanco o negro, ubica a su proyecto como el único recurso de restablecimiento de ese lugar privilegiado, hoy postergado por la “ideología de género”, el avance de los feminismos y la conquista de derechos de las mujeres. Lo paradigmático y novedoso de esta ideología no es el machismo, ni la misoginia ideológica, sino haber logrado conformar un movimiento distintivo, identitario, y popular, que incluso llama a realizar actos de violencia extrema, definido principalmente por la misoginia.

Ante este panorama, a priori preocupante, el ejercicio político tiene que ser el de la comprensión histórica (no justificación), con el objetivo de indagar y desentrañar las fuentes de este malestar en varones jóvenes, susceptibles a miedos e incertidumbres de esta era de la precariedad en la que los lazos sociales se presentan fugaces, no se generan compromisos, no hay garantías a futuro, y la única alternativa posible pareciera ser competir para sobrevivir.