Los farmacéuticos de Mendoza alertaron sobre una baja del 30% en las recetas de PAMI que se entregan en las farmacias. La reducción comenzó a notarse en los últimos meses, luego de los cambios en la cobertura de medicamentos dispuestos por la obra social a partir de septiembre de 2024.
Según explicó Mario Valestra, presidente del Colegio Farmacéutico de Mendoza, esta caída está directamente relacionada con la eliminación del plan "Vivir Mejor", que otorgaba medicamentos con cobertura del 100%. El reemplazo por un subsidio social más acotado dejó a muchos jubilados fuera de la cobertura completa.
El nuevo esquema de PAMI: menos descuentos y más venta libre
Con los cambios, más de 40 principios activos dejaron de tener cobertura total. Algunos pasaron a la categoría de venta libre y otros ahora solo tienen descuentos parciales. Entre los medicamentos afectados se encuentran analgésicos, antibióticos, corticoides, antidepresivos y tratamientos para enfermedades crónicas o trastornos mentales.
Lo que antes se entregaba sin cargo, hoy implica un gasto. Esto empuja a muchos jubilados a dejar de comprar sus tratamientos o a reducir la cantidad de medicamentos que adquieren. La decisión de PAMI afecta no solo el bolsillo, sino también la calidad de vida de un grupo muy vulnerable.
La brecha entre el precio público y el precio PAMI
Valestra aclaró que, si bien el precio de los medicamentos no subió por encima del promedio de la inflación, sí aumentó para los jubilados. Esto se debe a que el precio "especial" que antes pagaba un afiliado de PAMI se fue acercando al valor de venta al público.
Un medicamento que hace un año costaba $100, tenía un precio PAMI de $60. Hoy, ese mismo producto cuesta $100, pero para los jubilados vale $80 antes del descuento. Esa reducción de la brecha hace que los adultos mayores perciban que todo aumentó más de lo que realmente lo hizo.
Menos acceso para quienes más lo necesitan
Otro de los problemas es la burocracia para acceder a la cobertura completa. Los jubilados que superan ingresos mensuales de $388.500 ya no reciben el 100% de descuento, y para mantenerlo deben iniciar un trámite de subsidio.
El proceso es confuso y, muchas veces, los adultos mayores quedan fuera por desconocimiento o dificultades técnicas. En los mostradores de las farmacias, los trabajadores cuentan que es habitual ver a jubilados elegir entre qué remedios llevar y cuáles dejar. Algunos dependen de la ayuda de sus familias para poder tratarse.
El contexto económico empeora la situación
La situación económica de los jubilados en Argentina es crítica. La jubilación mínima con bono en abril es de $355.820, y quienes cobran la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) perciben $298.656. Es decir, más de la mitad se encuentra en niveles de ingreso que apenas cubren los gastos básicos.
Este panorama hace que cualquier recorte en salud se sienta fuerte. No es solo una cuestión de gasto: se trata de personas que necesitan medicamentos todos los días para vivir con dignidad. El impacto real va mucho más allá de los números.
¿Qué dice PAMI sobre estos cambios?
Desde la obra social sostienen que no se trató de un recorte, sino de una reorganización del sistema. Aseguran que “ningún afiliado se va a quedar sin medicación” y que existen mecanismos para recuperar la cobertura total si es necesario.
No obstante, los farmacéuticos y los propios jubilados contradicen esa versión con la realidad diaria. La eliminación del plan "Vivir Mejor" y la reducción de coberturas se tradujeron en menos recetas vendidas y en más personas que no pueden costear sus tratamientos.