Cuáles son las diferencias entre el monóxido de carbono y dióxido de carbono

Aunque pueden considerarse parecidos ambos tienen efectos muy distintos en el ambiente y en la salud. Cuál es el asesino silencioso en el invierno.

04 de julio, 2025 | 19.11

La diferencia entre monóxido de carbono (CO) y dióxido de carbono (CO2) es muy importante, ya que tiene implicancias vitales para el ambiente y la salud humana. Ambos gases se originan de procesos de combustión, pero solo uno es altamente peligroso.

Cuáles son las diferencias entre el monóxido de carbono y dióxido de carbono

El CO  y el CO2 se generan a partir de procesos de combustión, es decir, la reacción química de una sustancia con oxígeno, pero el resultado varía según la cantidad de oxígeno disponible. Cuando la combustión es completa, es decir, cuando hay suficiente oxígeno presente, el principal subproducto es el dióxido de carbono (CO2). En cambio, si la combustión es incompleta, por falta de oxígeno, se produce monóxido de carbono (CO), un gas altamente peligroso que puede ser letal incluso en concentraciones bajas.

La diferencia química es clara: el CO2 está formado por un átomo de carbono y dos de oxígeno, mientras que el CO tiene sólo uno. Esos cambios en la composición generan un abismo en sus efectos.

Un gas vital y otro mortal: la gran diferencia entre el monóxido de carbono y dióxido de carbono

El dióxido de carbono es un gas natural presente en la atmósfera y fundamental para el equilibrio climático. Es producido por procesos como la respiración humana y animal (al exhalar) la descomposición de materia orgánica, la actividad volcánica o los incendios forestales. Sin embargo, también hay una parte que tiene origen antropogénico, es decir, por acción humana como de la quema de combustibles fósiles como el carbón, el gas natural y el petróleo.

El CO2 es útil en la industria: se usa en bebidas gaseosas, en la conservación del vino, y en forma de hielo seco para transporte de alimentos y productos farmacéuticos. Incluso plantas industriales lo generan al producir hidrógeno, amoníaco o etanol.

Mientras que el monóxido de carbono no tiene olor, color ni sabor, lo que lo convierte en un asesino silencioso. Es tóxico para los seres humanos porque impide que el oxígeno se transporte en la sangre, su acumulación en espacios cerrados puede causar mareos, desmayos y hasta la muerte si no se detecta a tiempo. A veces, quienes quedan expuestos por tiempo muy prolongado experimentan consecuencias neurológicas de por vida.

Por eso, para evitar una intoxicación por monóxido de carbono es fundamental ventilar los ambientes, mantener en buen estado estufas y calefactores y utilizar detectores de CO en el hogar, especialmente durante el invierno.