Cada año, millones de personas en Argentina y el mundo se preparan para vivir la Semana Santa, un período cargado de simbolismo religioso, reflexión y tradiciones. En 2025, este ciclo litúrgico comenzará el domingo 13 de abril con el Domingo de Ramos y culminará el domingo 20 de abril, con la celebración de la Pascua de Resurrección.
En medio de este tiempo sagrado, una de las prácticas más arraigadas en la cultura católica es la de evitar el consumo de carne, especialmente el día del Viernes Santo, que en 2025 caerá el viernes 18 de abril.
Aunque la Biblia no prohíbe explícitamente el consumo de carne durante esta semana, el simbolismo detrás de la práctica está profundamente vinculado a la Pasión y Muerte de Jesucristo. La abstinencia de carne se considera una forma de penitencia, un gesto espiritual que busca acompañar el sacrificio de Jesús, quien pasó 40 días en el desierto sin comer ni beber. La carne, al ser un alimento considerado suntuoso, es reemplazada por pescados o mariscos, más austeros y simbólicamente ligados a la humildad.
En Argentina, esta tradición continúa vigente en muchos hogares. Si bien no es obligatorio, ni representa un pecado romper con la costumbre, la Iglesia Católica sugiere a sus fieles adoptar esta práctica como forma de recogimiento espiritual. El Viernes Santo es un día de luto, en el que se recuerda la crucifixión de Jesús, y por eso se evita no solo la carne, sino también celebraciones festivas y excesos de cualquier tipo.
¿Qué se puede y qué no se puede comer en Semana Santa?
Durante el Viernes Santo, la tradición cristiana promueve la abstinencia de carnes rojas y blancas. Sin embargo, el foco no está tanto en lo gastronómico como en la actitud espiritual del creyente. Lo importante es el gesto simbólico: dejar de lado ciertos placeres para conectar con el sacrificio de Jesús. Según el sacerdote Javier Klajner, del Santuario de Nuestra Señora que Desata los Nudos, lo esencial es que el sacrificio personal se transforme en un acto de caridad: “Aquello de lo que me privo, debería transformarse en ayuda para otros”.
En ese sentido, muchas familias argentinas reemplazan el clásico asado del viernes por platos con pescado, como merluza, atún, corvina o empanadas de vigilia. Esta costumbre tiene su origen en la antigüedad, cuando el pescado era un alimento mucho más accesible que la carne. Así, se convierte también en una forma de vivir la fe desde lo cotidiano, sin ostentaciones.
¿Qué se conmemora durante la Semana Santa?
La Semana Santa es un recorrido espiritual de siete días clave: comienza con el Domingo de Ramos, que celebra la entrada de Jesús a Jerusalén; continúa con el Lunes de Autoridad, el Martes de la Controversia, y el Miércoles de la Traición, donde se recuerda el pacto de Judas con los sumos sacerdotes. El Jueves Santo rememora la Última Cena, el lavado de pies y la institución de la Eucaristía. El Viernes Santo es el día más solemne, en el que se conmemora la pasión, crucifixión y muerte de Jesús, sin celebraciones de misa. El Sábado Santo es un día de silencio y espera, que culmina en la noche con la Vigilia Pascual. Finalmente, el Domingo de Pascua celebra el momento más glorioso del cristianismo: la resurrección de Cristo.
En definitiva, evitar la carne durante Semana Santa no es una obligación impuesta, sino una tradición espiritual que invita a mirar hacia adentro y renovar el compromiso con los valores cristianos. Un gesto simple, pero con un profundo significado.