Luego de varios meses sin funcionar, una estación de Subte reabrirá este lunes 14 de abril. Se trata de una histórica estación que estuvo varios meses cerrada por "reformas y arreglos" y ahora se inaugurará nuevamente y los usuarios se mostraron entusiasmados.
Se trata de la estación Lima de la Línea A, una de las más cruciales de esta línea y sumamente importante para la conexión dentro de la ciudad. Al igual que otras líneas de la red de subtes, esta se cerró hace unos meses por reformas y, ahora, luego de un tiempo de inactividad, volverá a funcionar.
"Este lunes reabre la estación Lima de la línea A tras las obras de renovación integral. Se realizaron trabajos de impermeabilización y pintura, reposición de mayólicas, renovación de pisos y señalética, y se incorporaron luces LED y nuevo mobiliario", anunciaron desde las redes sociales del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Así, el lunes 14 de abril los pasajeros podrán volver a transitar por esta estación y ver las modificaciones.
Hace algunos días, compartieron los avances de las obras en la estación Lima del subte A
Subtes en CABA: el motivo por el que se saltaron la construcción de la línea E y pasaron a la H
Buenos Aires es testigo de la historia de la red de subtes más antigua de Iberoamérica, una ciudad que, desde la inauguración de su primera línea en 1913, se posicionó como la decimatercera del mundo en contar con un sistema subterráneo de alta frecuencia. A lo largo de los años, la red creció, pero también estuvo marcada por diferentes desafíos en cuanto a su expansión y modernización. En este contexto, surge una pregunta curiosa: ¿por qué, de entre todas las líneas proyectadas y en construcción, la línea H fue priorizada antes que la línea F en los planes de expansión de la ciudad?
La red de subterráneos de Buenos Aires fue históricamente una combinación de esfuerzos tanto del sector público como privado. Desde sus orígenes en la Compañía de Tranvías Anglo-Argentina, hasta la intervención de SBASE y, más tarde, Metrovías, los distintos actores influyeron en la evolución del sistema. Sin embargo, a pesar de los constantes cambios administrativos y de los intentos de expansión, no fue hasta la reforma constitucional de 1994 y la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires que se crearon las condiciones necesarias para poner en marcha una serie de nuevas líneas, entre ellas la línea H.
La línea H, que conecta puntos neurálgicos como Pompeya, Once, Recoleta y Retiro, fue diseñada inicialmente como parte de los planes de expansión establecidos en el Estudio Preliminar de Transporte de la Región Metropolitana (EPTRM) de 1972. Aunque varios estudios previos, como el Proyecto Cóndor de 1957, ya anticipaban la necesidad de nuevas líneas, fue en 1999 cuando el gobierno local, bajo la gestión de Fernando de la Rúa, aprobó la ejecución de la línea H, dado su “estratégico trazado” que prometía conectar las principales líneas de subte y diversas líneas férreas, uniendo puntos clave de la ciudad y potenciando el transporte público.
El hecho de que la línea H se haya adelantado a la construcción de otras líneas, como la F, tiene que ver con la prioridad estratégica que tuvo en ese momento. Mientras que la línea F, con su recorrido desde Barracas hasta Plaza Italia, fue considerada una necesidad urgente por varios estudios, la línea H recibió un impulso legislativo bajo el gobierno de Roberto Feletti en 2001, en el marco de la ley 670, que reestructuraba los proyectos de expansión del subte. La ley impulsó la finalización de la línea H por su capacidad para integrar distintos modos de transporte y atender a áreas de alta demanda.
Así, el salto de la línea E a la línea H en la prioridad de ejecución no fue solo una cuestión técnica, sino también una decisión política y estratégica basada en la necesidad de modernizar y expandir el sistema de manera integral.