El mítico tango "Uno" captura la angustia del amor y la desilusión, y tuvo su origen en 1943, cuando Enrique Santos Discépolo y Mariano Mores lograron un gran clásico. La canción, que al principio se llamó "Si yo tuviera un corazón", tardó tres años en completarse. Décadas más tarde el popular Luis Miguel "revivió" el tema y alcanzó a millones de oyentes.
Discépolo trabajó con gran dedicación en la letra del tango, y aunque la melodía ya existía, fueron los versos como "uno busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias" lo que la inmortalizó. Su estreno, a cargo de Tania en el teatro Astral de Buenos Aires, no tardó en convertirla en un fenómeno popular del tango.
La magia de "Uno" radica no solo en su poderosa melodía, sino también en su letra universal, que refleja una derrota amorosa pero también una persistente esperanza. Esta complejidad emocional llamó la atención de Luis Miguel, quien decidió incluirla en su exitoso álbum "Romances" de 1997.
Con arreglos de Bebu Silvetti y la dirección de Armando Manzanero, el cantante mexicano le dio una nueva vida a este tango, en medio de un disco donde versionó principalmente boleros y otros géneros latinos. "Uno" se destacó al ser el único tango en el álbum, resaltando su singularidad.
La interpretación de Luis Miguel, donde su voz contenida se complementó con una orquestación cinematográfica, logró su objetivo de resaltar la letra sin saturarla. Esta versión abrió las puertas a nuevas audiencias, sobre todo en América Latina y España, permitiendo que muchos redescubrieran la esencia de este tango con un toque moderno.
El álbum alcanzó las 4,5 millones de copias vendidas, siendo clave para revitalizar géneros clásicos entre el público más joven. Al cantar "Uno", Luis Miguel no solo reinterpretó el tema, sino que lo honró, emocionó y siguió adelante con un legado musical que perdura en el tiempo.
Luis Miguel, su cariño por el tango y el amor por las canciones de Carlos Gardel
Sin dudas, el cantante mexicano tiene una estrecha relación con el tango, especialmente con la obra de Carlos Gardel. En varias ocasiones, ha interpretado canciones del legendario cantor del género, como "El día que me quieras", en sus conciertos y ha reconocido la influencia del 2x4 en su música.
Esta última canción, compuesta por Gardel y Alfredo Lepera, ocupó un lugar clave en la gira por su disco "Aries", pero en ningún otro lugar se vivió como en la Argentina. El 11 y 12 de noviembre de 1994, el estadio de Vélez Sársfield fue testigo de dos noches inolvidables. Cuando llegó su turno en la lista, durante más de un minuto el estadio permaneció en silencio y solo se escuchó el bandoneón, que mantuvo en vilo a las 50 mil almas.
Cuando llegó el trabajo "Mis romances", cuarto disco de canciones clásicas editado en 2001, el tango iba a tener el lugar que se había ganado por mérito propio. En esa oportunidad volvería al cancionero de Gardel y Lepera para interpretar otro de sus himnos, “Volver”.