José Antonio Kast, el pinochetista que sueña con ser presidente de Chile y tiene chances este noviembre

Formado en el seno de la derecha más rancia de Chile, José Antonio Kast es uno de los aspirantes a la Presidencia en las elecciones del país vecino y el opositor que mejor mide en las encuestas. Padre nazi, hermano ministro de Pinochet, se inició en las filas de los simpatizantes del dictador y hoy trata de que lo comparen con Trump, Milei, Bolsonaro, Meloni y Bukele. 

20 de septiembre, 2025 | 00.05

"Más chileno que los porotos". Así se define José Antonio Kast en una entrevista al aire, cuando le preguntaron sobre su ascendencia alemana. "Hijo de alemanes, sí. Pero yo, chileno", siguió. Kast se presenta desde 2021 como el candidato del cambio y "del sentido común", aunque no es un intérprete de la nueva política. No es un outsider. Es hijo del exilio justamente, por razones políticas: su padre abandonó Alemania tras la derrota nazi. 

Su papá era Michael Kast Michele, un alemán emigrado a finales de los años '40 al país sudamericano, acérrimo militante de la Wehrmacht, una de las fuerzas de seguridad de la Alemania nazi creada para la represión interna en las fronteras germanas. Una vez instalado en Chile, el joven Michael tuvo diez hijos, entre ellos José Antonio y Miguel, quienes aparte de compartir el apellido comparten su misma raigambre política en los albores de la derecha chilena. Miguel Kast, 18 años mayor que José Antonio, fue ministro de Planificación Nacional de Chile (1978-1980) y ministro de Trabajo y Previsión (1980-1982), cargos que ostentó como funcionario de la dictadura de Augusto Pinochet, a quién José Antonio sigue valorizando: sostiene que "si aún viviera votaría por Kast."

Católico practicante y miembro activo de la orden de Schöenstatt, una de las tradiciones católicas más conservadoras y oriunda de Alemania, estudió Derecho en la Universidad Católica chilena. Allí dió sus primeros pasos en política, sumándose a militar dentro de la Unión Demócrata Independiente (UDI), partido político del riñón cultural del pinochetismo. También participó de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, donde alcanzó a ser consejero superior. Poco después, pasó a la política partidaria. Fue uno de los más fervientes militantes del "Sí" en el plebiscito de 1988, en el que el pueblo chileno asistió a las urnas para definir si seguía o no el dictador Pinochet al frente del país. Finalmente ganó el "No" con el 55% de los votos. Podría decirse, fue una de las primeras derrotas políticas del joven José Antonio.

Pero su militancia no murió ahí. Tras quedar en segundo lugar en las elecciones a la alcaldía de Buin de 1996, su localidad en el sur de Santiago, ganó la elección a concejal, cargo que mantuvo hasta 2002. Ese año se presentó y asumió como diputado nacional por el distrito 30 hasta 2014. Sin embargo, siguió en el parlamento chileno, pero por el distrito 24, entre el 2014 y el 2018.

Fue diputado durante 16 años y sus declaraciones siempre despertaron polémicas. Hace sólo unos meses, declaró en el seminario de Moneda Patria Investments 2025, una asesoría en finanzas con fuerte presencia en Chile, que "el Congreso es importante, pero no tan importante como muchos creen". Con sólo ésta frase desató un tsunami de críticas de todo el arco político nacional.

José Antonio Kast (derecha) en 1987, junto a Pedro Lea Plaza y Jorge Ferrari, tras un festejo de la UDI en la Universidad Católica.

Carismático y sonriente de profesión, Kast logra sortear, en todas las entrevistas, las preguntas incómodas de los periodistas que lo buscan interpelar por sus años de juventud en las filas del pinochetismo. Una de las más conocidas es la entrevista en Sin Llorar que le hizo Tomás Moschiatti en 2021, cuando Kast competía contra Gabriel Boric por la presidencia chilena, en la que el periodista por el escándalo de Panamá Papers. Su nombre aparecía dentro de la lista de dueños de cuentas off shore. Simuló una reacción ingenua, pero no convenció a nadie: "Técnicamente no conozco Panamá, así que técnicamente no estuve ahí".

Con pie de plomo aunque contradictorio, Kast busca siempre separarse de la represión del pinochetismo pero sin alejarse demasiado del legado político y económico del régimen depuesto. En el mismo reportaje con Moschiatti, aseguró que él respalda "el progreso económico que el pinochetismo le dejó a Chile después de cuarenta años", aunque "cuestionando las violaciones a los derechos humanos que el pinochetismo tuvo". Sin embargo, en 2017 mientras era diputado, presentó un proyecto para ofrecer un indulto inmediato a todos los militares chilenos presos por delitos de lesa humanidad.

No apoya públicamente el terrorismo de Estado pinochetista, pero sí se cuida de no condenarlo. "Habría que evaluar su caso," respondió en una entrevista con el programa de televisión El Candidato cuando le preguntaron por el caso de Miguel Krassnof, ex militar de inteligencia acusado de torturas, secuestros y asesinatos

Vida partidaria

Kast dió sus primeros pasos como joven afiliado a los Demócratas Independientes, partido derechista fundado en 1983 por grupos leales al pinochetismo que se formaron en la segunda mitad del régimen. Fue en la UDI que militó como estudiante universitario y donde alcanzó su concejalía y diputaciones. Pero en 2016 dió un giro en su trayectoria, renunciando a la UDI y anunciando su candidatura presidencial como candidato independiente, aunque con el respaldo del partido Unión por la Fe. Sacó el 7,93% de los votos y quedó cuarto.

Entre 2018 y 2019, Kast modificó su estrategia y dio un nuevo giro en su construcción política, con dos hechos puntuales: primero en 2018, cuando creó Acción Republicana, el instrumento que pretende ser la base social de su electorado, una suerte de movimiento político de formación de cuadros jóvenes para dar "la batalla política" en el país trasandino. Finalmente en 2019 presentó su flamante Partido Republicano, la herramienta electoral de su movimiento para disputar el poder político. El nombre no es menor: quiere ser la versión chilena del partido homónimo de los Estados Unidos que lidera su aliado internacional, Donald Trump.

José Antonio Kast durante el lanzamiento del Partido Republicano en 2019.

En su afán de buscar versiones extranjeras con las que compararse, en los últimos años expresó sentirse representado a nivel internacional por figuras como Jair Bolsonaro en Brasil, Javier Milei en la Argentina, Giorgia Meloni en Italia y Nayib Bukele en El Salvador.

Kast y el estallido chileno de 2019

El 2019 marcó un antes y un después en la política chilena. El estallido social de octubre generó un revuelo político que hizo temblar los cimientos del consenso post Pinochet que empezó en 1990, con la vuelta de la democracia. La crisis económica que la pandemia de Covid-2019 dejó en el país también trajo un profundo malestar que se materializó en términos electorales con el surgimiento de la izquierda como un actor competitivo. Apruebo Dignidad, la coalición que llevó a Gabriel Boric a la Presidencia en 2021, tuvo lugar en el escenario.

Kast se presentó en 2021 como el candidato de la restauración. Reivindicó “al Chile del crecimiento” pre 2019 y buscó contraponer al Boric revolucionario por derecha, aunque diferenciándose de la derecha tradicional del ex presidente Sebastián Piñera, que llevó a Sebastián Sichel como candidato sin mucho éxito. "Somos la política del sentido común", repitió en varias entrevistas.

Con su variante republicana llegó al balotaje, aunque lo perdió 55 a 44. "Ganó en muy buena lid", dijo minutos después de haberse conocido su derrota, sin presentar quejas sobre el resultado. No llegó al poder, pero se instaló como la figura más popular de la derecha, corriendo a los sectores más moderados que habían gobernado con Piñera dos veces. 

Hoy Kast vuelve a la contienda electoral por tercera vez, aunque ya no como novedad. La derecha chilena se presenta a las urnas de noviembre con cuatro variantes, las cuales dos debutan por primera vez este año en la carrera presidencial. Se trata de Evelyn Matthei y Axel Káiser. Entre los dos suman 21%, es decir, menos de los 28% que le dan varias encuestas a Kast. El cuarto es Franco Parisi, otro viejo conocido que ya disputó en 2013 la presidencia de Chile y que, con viento a favor, acumularía apenas el 10%.

En este contexto, las esperanzas de Kast de que la tercera sea la vencida dependerán de dos cosas: que la izquierda no gane en primera vuelta y que, en un eventual balotaje, logre articular encolumnar detrás de su candidatura a sus tres adversarios conservadores.