Hoy se celebra el Día de la Lealtad Peronista, fecha que conmemora aquel miércoles de 1945 cuando se realizó una masiva movilización a Plaza de Mayo para pedir la liberación de Juan Domingo Perón, detenido por orden del presidente de facto, Edelmiro Farrell. Esa jornada marcó un antes y un después en la vida política argentina.
Uno de los ejes principales de la doctrina peronista es la Justicia Social. Un concepto fundamental que busca garantizar las mismas oportunidades para todos los ciudadanos independientemente de su origen, condición económica o género para reducir las desigualdades sociales.
Una de las medidas que tomó Perón y que aún hoy continúa vigente y cuenta con un amplio consenso social es la gratuidad de la educación superior. A través de un decreto firmado en 1949 se amplió el acceso de los argentinos a la vida universitaria.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
La educación superior pública es una pieza clave en el bienestar colectivo y uno de los principales motores para el ascenso social. La posibilidad de que los ciudadanos con menos recursos puedan formarse profesional fue una iniciativa transgresora para aquel entonces y que en estos días parece amenazada.
Es por ello, por lo que toda la comunidad universitaria entiende que uno de los pilares de la Justicia Social es el acceso a la educación superior. Muchas veces se relaciona el concepto fundacional del peronismo con la redistribución de los ingresos, pero es mucho más que eso. Tiene que ver con dotar a todos los argentinos con las mismas oportunidades para desarrollarse como personas.
Perón entendió que la educación es una gran herramienta para el desarrollo equitativo de una sociedad. La inclusión de las clases bajas en las universidades generó una camada de nuevos profesionales cuyos padres apenas pudieron terminar la escuela primaria, muchos inmigrantes que huyeron de los conflictos bélicos que azotaban al mundo en aquel entonces.
Una persona que accede a la educación superior tiene mayor grado de profesionalización, contribuye al desarrollo económico y brinda posibilidades de ascender socialmente. Independientemente de la orientación política hay un amplio consenso del impacto que tiene la posibilidad manifiesta de acceder a la educación superior en el crecimiento del país.
En la universidad pública argentina, desde 1949 a la fecha, se encuentran hijos e hijas de obreros y empresarios de todas las latitudes del país. Ese amalgama social es lo que hace rica a nuestra sociedad, las distintas realidades en los establecimientos de educación superior nos hace mejor como país y forma profesionales que son reconocidos a nivel mundial.
No podemos dejar que la grieta penetre tras casi 76 años de consenso con distintas opiniones, pero siempre sobre la base del libre acceso a la educación superior. Pese a los intentos desmedidos de algunos de querer hacernos creer lo contrario, los argentinos estamos orgullosos de la universidad pública de calidad para toda la sociedad.