El presidente Javier Milei justificó el apriete de su asesor, Santiago Caputo, a un periodista que lo fotografió antes de su ingreso a las instalaciones del Canal de la Ciudad. El jefe de Estado realizó seis preguntas para terminar con el mensaje "es por eso que no odiamos suficiente a los periodistas".
El martes, Caputo llegaba al debate por las elecciones legislativas porteñas y tras sortear a un grupo de periodistas, se molestó con un fotógrafo que retrató su presencia en el lugar, a quien le pidió su credencial en un gesto amenazante.
Las 6 preguntas que hizo Milei
A raíz del hecho, Milei utilizó sus redes sociales para defender esta actitud con seis preguntas:
- "Si una persona no tiene ganas de hablar con el periodismo ¿hay una ley que lo obligue?"
- "Si una persona le manifiesta a los periodistas que no quiere hablar con ellos ¿tienen los periodistas derecho a perseguir, hostigar y acosar a una persona para tener una respuesta?"
- "Frente a la no respuesta ¿tienen los periodistas derecho a golpear a la persona con el micrófono en la cara?"
- "En caso que la persona abordada por las cámaras sea de conocimiento público que es fotofóbico ¿es lícito que el camarógrafo le ponga luces en la cara sabiendo que daña los ojos de la persona?"
- "¿Es lícito que los periodistas metan drones en la casa de una persona?"
- "¿Es lícito que los periodistas mientan, calumnien e injurien sin permitir que la persona agraviada pueda defenderse? ¿y si además, el periodista recibe fondos públicos para hacerlo?"
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Y remató: "Naturalmente, si en cada uno de los puntos notás el comportamiento depravado y violento del periodismo ahí entenderás la frase no odiamos lo suficiente a los periodistas".
Caputo fue consultado por la prensa por las expectativas sobre el debate, sin embargo, no respondió y sólo atinó a pedir permiso. Al ingresar, un foto reportero se le acercó para retratar su presencia allí. Primero se lo puede ver tapando la cámara en un gesto como para que no siga con su tarea documental, pero, acto seguido, le toma el carnet que cuelga de una cinta en el cuello del trabajador de prensa y le toma una foto.