La Libertad estalla: botin, purga y guerra de carpetas en el gobierno de Milei

El gobierno de Javier Milei enfrenta una feroz interna que expone las fisuras en el corazón del poder libertario. Entre denuncias de corrupción, despidos y operaciones cruzadas, Karina Milei y Santiago Caputo libran una batalla por el control del Estado que replica los peores vicios de la "casta" que pretenden combatir. El posible impacto electoral de la guerra en curso.

02 de mayo, 2025 | 18.46

La libertad no es gratis. Y la que vende Javier Milei cada vez cuesta más cara. A menos de medio mandato, La Libertad Avanza ya no disimula la grieta en las entrañas del Triángulo de Hierro que amenaza con derrumbar la estructura de poder. La guerra de carpetas, denuncias cruzadas y purgas internas exponen las tensiones en el seno de la torre de control mileísta, donde Karina Milei y Santiago Caputo disputan territorio y la cajas con voracidad.

El manual de la casta libertaria

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La batalla subterránea entre el asesor estrella de Milei y la hermana a la que el presidente llama “El Jefe” estalló a cielo abierto a través de un comunicado donde el PAMI anunció la revisión de compras por "vía de excepción", que Caputo celebró desde su cuenta anónima en X como "el fin del robo". Un misil teledirigido al esquema de control territorial que Karina y su operador Eduardo "Lule" Menem montaron utilizando las delegaciones del PAMI y ANSES como botín político.

En las sombras, las delegaciones del PAMI y ANSES en todo el país se han convertido en el laboratorio de prácticas que el propio Milei denunciaba en campaña. Bajo la órbita directa de Karina Milei, se diseñó un esquema de reparto de delegaciones entre referentes libertarios con el supuesto objetivo de consolidar el aparato provincial del partido. El resultado: nepotismo, designaciones exprés y uso de recursos públicos para la militancia política.

El imperio de los diezmos

Las denuncias ya salpican a varias provincias. En Misiones, 22 delegados de ambos organismos denunciaron por escrito que Adrián Núñez, hombre de Lule Menem, les exigía el 10% de sus sueldos para una cuenta particular. El mecanismo, que recuerda a los peores vicios del puntaje político tradicional, habría operado a través de un tal Mario Pérez Miranda, señalado como "vocero" de Núñez.

En Chaco, la situación alcanzó niveles de descaro inéditos: funcionarios del PAMI dejaron constancia contable de los desvíos en los propios balances internos, anotando entregas regulares de dinero para "la política" según instrucciones superiores.

La práctica del "diezmo" libertario se repite como un patrón que desmiente el relato oficial de transparencia y meritocracia. En Santa Cruz, el jefe del PAMI de Caleta Olivia, Sergio Torres, presentó una denuncia penal contra Jairo Guzmán, referente provincial del partido, por exigir aportes económicos a una médica auditora a cambio de mantener su cargo. "O respondés al partido o te vas", habría sido la amenaza.

En La Pampa, militantes de "La Tercera Posición", agrupación libertaria local, denunciaron que Juan Pablo Patterer, jefe partidario, realizó nombramientos exprés de personas que luego fueron promovidas a áreas clave, operando un esquema de clientelismo que reproduce los mecanismos que Milei prometió extirpar.

Junín: el escándalo que destapó la guerra intestina

La disputa por el poder territorial alcanzó su punto crítico en Junín, donde el enfrentamiento entre las dos alas del espacio mileísta quedó al desnudo sin filtros ni mediaciones. Lo que comenzó como un aparente conflicto administrativo terminó exponiendo la feroz batalla por el control de cada rincón del Estado nacional.

Alberto Pascual, delegado del PAMI en la localidad bonaerense y referenciado en Sebastián Pareja —uno de los armadores más cercanos a Karina Milei—, decidió expulsar a Marina Biagetti, militante histórica de las filas libertarias y miembro del grupo "Las Fuerzas del Cielo". Este colectivo, vinculado al influencer libertario conocido como "Gordo Dan" y al diputado Agustín Romo, forma parte del núcleo duro que responde a Santiago Caputo, el asesor presidencial cada vez más enfrentado con "El Jefe", como llama Milei a su hermana.

La expulsión de Biagetti fue interpretada por la jauría  libertaria de X como una declaración de guerra. Un mensaje directo de Karina y su operador Pareja hacia el círculo íntimo de Santiago Caputo. Lo que siguió fue una reacción en cadena que terminó con la destitución del propio Pascual, evidenciando que la Jefatura de Karina tiene límites en los cofines del asesor presidencial.

En ese terreno, el epílogo del escándalo resultó aún más revelador: Biagetti se fotografió junto al presidente Milei y Manuel Adorni durante un acto en Villa Lugano. La imagen, difundida estratégicamente en redes sociales, pretendió difundir un mensaje: el respaldo presidencial en esta interna está del lado de Caputo y no de la estructura territorial que comenzó a montar Karina con Lule Menem como ejecutor.

CNRT: la batalla que se viene

Mientras las internas territoriales desangran la estructura del espacio, otra disputa de poder se perfila en el horizonte inmediato y promete nuevos capítulos en la guerra libertaria. La Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), organismo clave en el control de empresas que operan camiones, ómnibus de larga distancia, colectivos del AMBA y todo el sistema ferroviario, tiene los días contados.

Bajo la motosierra de Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, el Gobierno avanza contrarreloj para disolver la CNRT antes del 9 de julio, fecha en que expiran las facultades delegadas de la ley Bases. El plan desató una nueva batalla interna por el control de lo que venga después.

Sobre la mesa hay dos alternativas para la reestructuración, y detrás de cada una se posicionan diferentes jugadores del elenco mileísta. La primera opción contempla fusionar el ente regulador con la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) y la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (JNST). Este esquema mantendría las funciones y recursos económicos del control del transporte en manos del ministro de Economía -y tío de Santiago- Luis "Toto" Caputo, a través de las áreas que hasta ahora controlaba Franco Mogetta.

La segunda variante, que parece ganar terreno, implicaría fusionar el ala terrestre de la CNRT con Vialidad Nacional y la ANSV. Esta opción tiene un nítido beneficiario: "Lule" Menem, quien a través de Marcelo Campoy —actual titular de Vialidad Nacional y hombre de su extrema confianza— pasaría a controlar el nuevo organismo vial y del transporte automotor.

La batalla por la CNRT no es menor. El reciente desplazamiento de Mogetta como secretario de Transporte y su reemplazo por Luis Pierrini, empresario mendocino dueño de Triunfo Seguros y con fuertes vínculos con "Toto" Caputo, dejó en evidencia que el control de las cajas y la designación de funcionarios sigue siendo el verdadero campo de batalla del gobierno libertario.

La interna es por espacios de poder, no por diferencias de fondo en materia de ajuste y crueldad. Las dotaciones actuales de los organismos involucrados suman cerca de 7.600 agentes, y la intención oficial sería recortar entre 1.800 y 2.000 empleados. Los gremios ya anticiparon medidas de fuerza y la judicialización del conflicto, siguiendo la estrategia de AEFIP que logró frenar los despidos en la ARCA mediante una cautelar.

Con el presidente entretenido en atacar periodistas, la guerra doméstica está carcomiendo la credibilidad del gobierno libertario. No solo en la élite que lo acunó -que ve como se desgasta rápido su criatura-, sino sobre todo frente a los ojos exhaustos del electorado que votó a Milei cautivado por el personaje que despotricaba contra la “casta” a la que le adjudicaba los vicios que ahora replica su elenco. Y con creces.