Macri se pintó la cara: aseguró que el PRO no va a desaparecer y pidió preparase para competir

El ex presidente escuchó la voluntad de acuerdo de la dirigencia amarilla y se aventuró a una última oportunidad de llegar a un acuerdo, pero le pidió a los suyos estar listos para competir en soledad.

24 de abril, 2025 | 23.48

El coqueteo violento y tóxico entre La Libertad Avanza y el PRO sigue sumando capítulos. Después de que Mauricio Macri acusara de vendidos a los dirigentes que pegaron el salto y pasaron de ser amarillos a violeta, Javier Milei le pidió pruebas y las facturas de esas transacciones políticas. El ex presidente planteó, en un encuentro con dirigentes propios, una última oportunidad para el acuerdo pero no descartó competir por fuera si el gobierno no cede en la negociación. Aseguró que su partido está vivo y volvió a apuntar contra el círculo íntimo del jefe de Estado.

“Los que decidieron irse, decidieron irse. Hay un conjunto de dirigentes con representación territorial, especialmente nuestros intendentes, que son importantes y que, cuando se ven las mediciones, les dan bien”, subtituló Cristian Ritondo, presidente del PRO bonaerense, a Macri y sus declaraciones explosivas.

En la reunión de este miércoles en Mar del Plata, Mauricio se mostró interesado en conocer los puntos de vista de los dirigentes locales. En líneas generales, pudo saber El Destape, la gran mayoría se mostró a favor de consolidar un acuerdo con La Libertad Avanza para ganarle al peronismo, pero Macri, como lo viene repitiendo hace meses, les pidió estar preparados para competir en caso de ser necesario.

No todos decidieron echar mano de la palabra “acuerdo”, sino que fueron creativos y buscaron otras maneras de referirse a un acercamiento, pero mayoritariamente quedó clara la voluntad de llegar a una síntesis. Todavía no están claras las condiciones de la negociación ni en qué términos se darán los pactos. Pueden ser seccionales, municipales y muy difícilmente provinciales. Lo que es cierto es que los intendentes quieren que se respeten sus gestiones y tener la lapicera en los distritos que gobiernan.

Después de escuchar menos opiniones de las que hubieran preferido varios, Mauricio se embarcó en una reflexión en voz alta. Reconoció que las diferencias con los libertarios son cada vez más grandes y remarcó que el PRO es una “fuerza viva” que “no va a desaparecer”.

El jefe del partido amarillo a nivel nacional reconoció estar en una encerrona. Contempló que existen coincidencias a la hora de abordar la macroeconomía, pero advirtió que su espacio no puede navegar hacia el caos que es La Libertad Avanza, sin dirigentes preparados, ni profesionalismo o una dinámica de trabajo que haga funcionar la maquinaria del Estado.

Parte de ese caos nace del círculo más íntimo de Javier Milei, al que Macri describió como “un ancla de cemento” en lugar de un triángulo de hierro. Sin embargo, el ex presidente reconoció tenerle afecto al jefe de Estado y se auto-describió como un constructor, no como un destructor.

Por eso, como planteó en una conferencia de prensa posterior y se replicó en algunas entrevistas, está dispuesto a hacer un acuerdo institucional. El negociador es Cristian Ritondo, como él mismo lo confirmó en una entrevista con Infobae. De este modo, la figura de Macri quedaría fuera del tablero, uno de los principales miedos de quienes quieren acordar y ven en el fundador del PRO una bomba de tiempo.

De forma muy generosa, para Mauricio el votante más fiel del PRO puede oscilar entre el 9 y el 13%, un porcentaje para nada despreciable en una elección tan definitoria. Las encuestas lo posicionan bastante más abajo, pero son los números que se animó a arriesgar ante la dirigencia.

Con esa carta bajo la manga, con la que le quiere vender a los libertarios la chance de victoria y la campaña de la épica, el ex presidente reconoció que está dispuesto a hacer un “último esfuerzo” para lograr la unificación y apuntar los cañones contra el verdadero “enemigo”, el “correcto”, en este caso el kirchnerismo.

El presidente del PRO a nivel nacional dejó en claro que el problema más grande de la provincia de Buenos Aires es el “populismo” de Axel Kicillof que, a su entender, se embarca en discusiones ideológicas sin sentido, privilegiando a delincuentes por sobre los ciudadanos de bien y descuidando la infraestructura local.

Para hacerle frente a ese “populismo”, el ex presidente no quiso quedarse solo con las alianzas entre sellos, sino que también pidió ir más allá y encontrar un “para qué” en común. Algo de esto planteó Ritondo al asegurar que, si sólo se discuten los colores de la boleta, “no entendimos nada”.