Luego de llamarlo "imbécil" o calificarlo como "el representante del maligno en la tierra", el presidente Javier Milei aseguró que pudo conversar con el Papa Francisco y pedirle disculpas por sus repetidos ataques durante su última visita al Vaticano. Admitió que fue "un error" que reconoció y recordó, entre risas, la respuesta del Sumo Pontífice. "Me dijo 'no te calentés, son errores de juventud'", dijo algo divertido. Además, volvió a atacar a periodistas por "mentir" sobre su llegada a Roma y aseguró que no llegó tarde al funeral.
"Fue un error que reconocí, yo le pedí perdón al papa Francisco cuando lo vi por primera vez. Yo no tenía orden de magnitud de lo que implicaba ser el líder de una comunidad... Yo soy, filosóficamente, anarco-capitalista. Esas figuras, en mi cabeza, no estaban. Tomé conciencia al llegar a ser presidente, con la responsabilidad de 46 millones de seres humanos. Cuando ingresás a la geopolítica y ves las cosas que ha hecho este hombre... Uno dice, bueno, qué mirada corta tenía yo", expresó en diálogo con Radio Mitre.
En esa línea, Milei contó cuál fue la respuesta de Francisco ante el pedido de disculpas. "Me dijo 'no te calentés, son errores de juventud'. Si no recuerdo mal, me dijo que 'de jóvenes todos hacemos boludeces'. Era muy divertido hablar con él", recordó entre risas.
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Milei atacó a periodistas y aseguró que no llegó tarde al funeral
"La invitación oficial es para el sábado, para la misa del velorio que es a las 10 de la mañana de Roma. Me parece que raya el mal gusto, propio de cerdos... La manera de mentir, de ensuciar de un conjunto de periodistas", lanzó duramente en declaraciones radiales y atacó, nuevamente, a periodistas que informaron que no había llegado a pasar por el féretro abierto del difunto Pontífice en la basílica de San Pedro.
El mandatario nacional contó, durante la entrevista a Radio Mitre, que tuvieron “una semana muy complicada” y que se “pararon todas las actividades para hacer el viaje cuando el Vaticano lo determinara”.
Milei hizo referencia a los siete días de duelo dictados por el Gobierno nacional, que lo obligaron a parar la campaña a las elecciones legislativas en la Ciudad de Buenos Aires; duelo que él mismo rompió para encontrarse y participar de actividades con su mentor económico Jesús Huerta de Soto, un catedrático español a quien admira y que recibió un reconocimiento en el centro porteño.