El detrás del pedido de explicaciones a Espert: Bullrich construye un discurso y perfil propios

La ministra de Seguridad y candidata a senadora fue la primera cara visible del gobierno en exigir, en reiteradas oportunidades, explicaciones por los vínculos narco. No es la primera vez que se distancia del corazón del gobierno, manteniendo un perfil propio esperado por electorado republicano al que le habla.

03 de octubre, 2025 | 00.32

Patricia Bullrich fue la primera cara visible de La Libertad Avanza que pidió explicaciones contundentes a José Luis Espert. Detrás de ella, aunque con varias horas de demora, aparecieron las declaraciones de Guillermo Francos y Cristian Ritondo, aliado del gobierno que comparte renglones de la boleta violeta en Buenos Aires.

Los dos últimos exigieron una argumentación clara después de que el candidato bonaerense de Javier Milei no pudiera negar haber recibido una transferencia de US$ 200.000 de parte de Fred Machado, tras cinco días de acusar una operación kirchnerista sin hacerse cargo de la acusación.

A Ritondo, según explicó en TN, le molestó que la campaña electoral derivara en una discusión sobre los vínculos de Espert con el narcotráfico y no en torno a los temas que importan a la gente. Criticó que el gobierno no haya estado preparado para responder a estas acusaciones, dado que es un asunto vigente en la agenda desde hace años, con especial protagonismo en los últimos meses. Además, pidió ser más contundentes en el esclarecimiento del tema, no solo porque es un reclamo de su electorado sino también para poder dar vuelta la página.

Al menos en la Ciudad de Buenos Aires, donde compite electoralmente Patricia Bullrich, el electorado republicano está pidiendo explicaciones. Ese votante, que supo elegir a Juntos por el Cambio y puede sentirse atraído por la actual ministra de Javier Milei, rehúye este tipo de escándalos.

Bullrich, además, posee un perfil propio que no piensa abandonar. La lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado aparecen como pilares de su capital político, con definiciones firmes respecto a lo institucional. Es una identidad que tiene, quiere mantener y que su votante le reclama. Por eso, no se cree que el escándalo pueda afectarla en las elecciones, que prevé con una victoria cómoda.

Algo de esto quedó evidenciado cuando, en una entrevista con A24, planteó que su electorado tiene la “vara alta” a la hora de juzgar a los dirigentes de la derecha nacional y que, por lo tanto, éstos deben actuar en consecuencia.

En esas declaraciones, Bullrich evidenció gran parte de lo que las distintas mesas políticas violeta concluyeron en sus reuniones ante los oídos sordos de Javier Milei. El presidente eligió a Espert, a pesar de las resistencias internas, y decidió sostenerlo de la misma manera.

Desde hace tiempo, Bullrich viene construyendo y reforzando este perfil: un discurso propio dentro del gran armado libertario. Una posición conversada, aunque sea superficialmente, con el núcleo de La Libertad Avanza que, según aseguran, no significa un intento de empezar a despegarse del partido.

Por eso su postura respecto a Espert no desafinó en el coro del discurso bullrichista. El 22 de julio, en una entrevista con Alfredo Leuco, la ministra también se distanció de Milei en la forma de abordar la relación con el periodismo. Poco después, pidió allanamientos a trabajadores de prensa y medios de comunicación, pero en esa charla solicitó no generalizar acusaciones y respetar la libertad de expresión.

“Toda mi vida he luchado por la libertad de expresión y lo voy a seguir haciendo. Nunca voy a generalizar, nunca voy a hablar en contra de todos los periodistas que durante la vida me han hecho entrevistas”, sostuvo. “Un político corrupto, los políticos son corruptos. Un periodista corrupto, los periodistas son corruptos. Entonces, siempre tenemos que tratar de separar, ¿no?”, profundizó.

En el gobierno, la presión fue más que mayúscula para bajarlo de la contienda electoral, pero el presidente resistió, ya sea por convicción, capricho o por no darle la razón a la oposición. La provincia de Buenos Aires ya es dada por perdida en el gobierno, no solo por el caso Espert sino también por la notoria victoria del peronismo en septiembre. En el mejor de los casos, un buen resultado sería achicar a la mitad la diferencia obtenida por Fuerza Patria.