Uno de los principales atractivos de la Ciudad de Buenos Aires en cuanto a rincones y espacios tiene que ver con sus bares: estos lugares esconden muchas veces de las mejores historias porteñas que un turista se puede encontrar.
Y en cada barrio hay uno que resume la esencia de la ciudad, con historias de café y una identidad que resiste al paso del tiempo. Uno de esos espacios acaba de reabrir sus puertas en Villa Santa Rita y es una verdadera joya de la cultura porteña. Conocelo acá.
El bar de Buenos Aires que “revivió” y mantiene su historia intacta
Se trata del bar “El Tokio”, que funciona en la esquina de Álvarez Jonte y Pasaje Tokio desde 1930. Después de un cierre que parecía definitivo en 2023, el hijo de uno de sus históricos dueños decidió devolverle el alma.
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Por ello, este icónico lugar vuelve a recibir comensales con la misma estética de siempre: las marcas del pasado en el piso y la calidez intacta de este bar donde la charla sobre la historia de Buenos Aires es difícil de encontrar en otro lugar.
Su historia está cargada de identidad. En los años 50, un gallego llamado Jesús Feas llegó a la Argentina “con lo puesto” y empezó como lavacopas. Con el tiempo se convirtió en dueño del bar, al que rebautizó “Santiago de Compostela”, aunque el barrio siguió llamándolo como siempre: “El Tokio”. Tal fue la insistencia de quienes lo visitaban que terminó cediendo y mandó a pintar el nombre elegido por los clientes.
Durante décadas, el lugar reunió a fanáticos del billar, vecinos del barrio y hasta figuras icónicas: Diego Maradona, el Polaco Goyeneche y Pappo, entre otros. Y aunque el bar fue cambiando su fisonomía con el tiempo, muchas cosas se conservaron: el piso calcáreo, las aberturas originales y una atmósfera que no se consigue en ningún local de cadena.
En 2002, el dueño vendió el negocio y poco después falleció, triste por haberlo dejado. El bar cerró años más tarde, hasta que Miguel Ángel, uno de sus hijos, decidió poner manos a la obra y devolverle la vida a este mítico espacio.
Por ello se asoció con un amigo y, con mucho respeto por la historia, restauró el espacio para que “El Tokio” volviera a ser lo que siempre fue: un lugar donde se habla de cualquier cosa, pero donde sobre todo se come bien y se comparte la vida.
Hoy el bar está abierto otra vez, con una propuesta simple pero cargada de memoria. En tiempos de cafeterías modernas, este rincón demuestra que los bares tradicionales siguen siendo el verdadero corazón de Buenos Aires.