Una investigadora mendocina acaba de ser distinguida con uno de los premios científicos más prestigiosos del país. María Laura Mascotti, del CONICET, recibió el Premio Estímulo 2025 de la Fundación Bunge y Born por sus innovadores estudios sobre evolución de proteínas. Su trabajo parece sacado de una película: "resucitó" una enzima extinta para entender cómo funcionaba.
Un reconocimiento inesperado que emocionó a Mendoza
"Fue una sorpresa total, absolutamente inesperado", confesó Mascotti. La científica se enteró del premio mientras estaba en el parque con su hijo pequeño. “Me hablaron todos juntos por altavoz, desde la comisión de Cultura y Ciencia. Fue muy fuerte”, recordó. A sus 39 años, esta bióloga molecular se convirtió en una de las investigadoras jóvenes más destacadas del país.
El premio reconoce sus 15 años de trayectoria estudiando proteínas desde una perspectiva evolutiva. Su objetivo es entender cómo estas moléculas adquirieron sus funciones actuales y cómo podrían rediseñarse para aplicaciones médicas e industriales. Trabaja en el Instituto de Histología y Embriología de Mendoza (IHEM), donde lidera un equipo especializado en bioinformática y enzimología.
El "Jurassic Park" molecular mendocino
Hace unos meses, Mascotti saltó a la fama por un logro asombroso: recuperó una enzima que desapareció hace millones de años. Es como Jurassic Park, pero en versión molecular, explicó. La proteína en cuestión, una Baeyer-Villiger monooxigenasa (BVMO), existió cuando la Tierra aún no tenía oxígeno.
Su equipo reconstruyó la enzima ancestral para estudiar cómo mutó y sobrevivió cuando el planeta se oxigenó. Estas proteínas son como máquinas moleculares que permiten a los organismos adaptarse, detalló. El hallazgo no solo es fascinante: podría ayudar a diseñar enzimas más eficientes para la medicina y la industria.
Aplicaciones reales: desde la salud hasta la química verde
El trabajo de Mascotti no se queda en el laboratorio. Tiene potenciales usos concretos:
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Medicina: Podría ayudar a tratar células con problemas respiratorios.
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Industria sustentable: Sus enzimas rediseñadas podrían reemplazar procesos químicos contaminantes.
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Biotecnología: Permite entender cómo crear proteínas a medida para fines específicos.
Su enfoque innovador la posiciona como referente en evolución enzimática, un campo clave para el futuro de la biología molecular.
Su hallazgo podría diseñar proteínas para medicina y química verde.
Un premio con historia y prestigio
El Premio Fundación Bunge y Born se entrega desde 1964 y ha distinguido a figuras como Luis Federico Leloir (Nobel de Química). En esta edición, el galardón mayor fue para Alberto Kornblihtt, otro gigante de la biología molecular.
El jurado destacó su liderazgo científico y su trabajo en el interior del país. Además, valoraron su compromiso con la ciencia argentina en un contexto de dificultades crónicas para el sector.
Ciencia con pasión, a pesar de todo
Mascotti sabe que hacer ciencia en Argentina no es fácil. “Aunque la situación de la ciencia en Argentina es muy compleja, seguimos adelante porque creemos en el valor de lo que hacemos”, afirmó. Con varios posdoctorados en su haber, ingresó al CONICET en 2017 y desde entonces no paró de crecer. Hoy, su laboratorio es un semillero de proyectos innovadores.
La ceremonia de premiación será el 15 de septiembre en Buenos Aires. Pero más allá de los reconocimientos, Mascotti ya hizo historia: demostró que desde Mendoza se puede hacer ciencia de punta con impacto mundial. Su próximo desafío es seguir traduciendo sus hallazgos en avances concretos para la sociedad.