Dicen que somos lo que comemos, y no se equivocan. La realidad es que mantener una alimentación saludable es la clave para que nuestro organismo esté en buenas condiciones. En este sentido, la salud intestinal es uno de los problemas que atraviesa la mayoría de la población, por los altos índices de consumo de procesados. Una serie de profesionales se refierieron al respecto, con cinco hábitos para incorporar; a continuación te lo compartimos.
5 hábitos para mejorar la salud intestinal
Reemplazar papas fritas por pochoclo
Mayo Clinic, una clínica ubicada en Minnesota, Estados Unidos, aseguró que uno de los hábitos más efectivos en la alimentación para mejorar la salud intestinal, es el de reemplazar snacks procesados por alternativas más naturales y ricas en fibra. En este sentido, sus especialistas recomiendan cambiar las papas fritas, por el pochoclo.
Siguiendo esta línea, Yolanda Sanz, investigadora principal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), expresó ante la BBC: “La microbiota intestinal es el centinela de la salud global.” Es por eso que, el incorporar los pochoclos, por sobre las papas fritas, habilita el consumo de una cantidad significativa de fibra, que actúa como un recurso fundamental para alimentar las bacterias beneficiosas del intestino y fomentar un ambiente saludable en el tracto digestivo. Asimismo, los pochoclos son más saciadores, por lo que con una porción más pequeña, se puede estar satisfecho.
Frutos secos en lugar de dulces
Puede sonar poco factible el intercambiar frutos secos por dulces, pero la realidad es que este es uno de los hábitos más recomendados por los especialistas. Y es que, el azúcar es uno de los peores enemigos para la salud intestinal, y el organismo en general. En este sentido, un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) aconseja a quienes tienen antojo de algo dulce, consumir alternativas naturales y ricas en nutrientes, como la fruta deshidratada. Comer un puñado de frutos secos, como pasas de uvas, castañas y almendras, no solo permite sacarse el deseo por algo dulce, sino, que es realmente saciador.
Sumar legumbres a las salsas
Sumar legumbres, como lentejas y garbanzos, a las salsas es un gran hábito para ayudar a la flora intestinal. Julio Basulto, nutricionista, detalla a la BBC: “Las legumbres deben ocupar un papel fundamental en nuestra alimentación por su excelente perfil nutricional, su aporte en fibra, su proteína vegetal y su efecto positivo en la microbiota intestinal". Lo mejor de todo es que, su sabor es un plus al plato de fideos con salsa que se tiene ganas de comer. De esta manera, se está combinando carbohidratos saludables, fibra y proteína.
Frutos secos naturales por sobre los saborizados
El maní salado o el maíz dulce, es decir, el pochoclo, es sumamente sabroso. Pero si consumimos estos frutos y semillas sin ningún saborizante o aditivo, nuestro organismo lo agradecerá. Y es que, los productos saborizados suelen contener ingredientes que no solo suman calorías vacías, sino que entorpecen el trabajo de la microbiota intestinal.
Reemplazar el helado por frutos congelados
Para los fans del helado, que lo comen haga calor o frío, una buena idea es reemplazar esta crema por frutos congelados. Pueden ser rojos, del bosque o, incluso, frutillas que, una vez lavadas, conserves en el freezer. Lucía Martínez, nutricionista, explica en dialogo con la BBC: “Una de las mejores maneras de terminar las comidas es con fruta fresca, ya sea sola, congelada o combinada con yogur o productos lácteos fermentados naturales, en lugar de recurrir sistemáticamente a helados o postres industriales azucarados".
