La isla Mackinac, ubicada en Michigan, es reconocida por sus impresionantes paisajes y su atmósfera única y tranquila. Entre sus maravillas, se destaca la M-185, una carretera de 13,2 kilómetros que rodea la isla y es distinta a cualquier otra en Estados Unidos. Lo más sorprendente es que está estrictamente prohibido el uso de vehículos motorizados, convirtiéndose en la única carretera del país exclusivamente peatonal, ciclista y de carruajes tirados por caballos.
Recorrer la M-185 en bicicleta o en carruaje es una experiencia espectacular que permite a los visitantes disfrutar de las vistas increíbles del entorno natural y sumergirse en la paz y el silencio que caracterizan a la isla. Es precisamente esta atmósfera relajada la que atrae a miles de turistas cada año.
La isla Mackinac tiene una larga historia que se remonta a los nativos americanos, quienes habitaron la isla mucho antes de la llegada de los europeos. Vivieron en armonía con la naturaleza, utilizaron canoas de corteza de abedul y establecieron campamentos de pesca, entre otras actividades de subsistencia. Sin embargo, con la llegada de los colonizadores, la isla comenzó a transformarse.
Durante la época colonial, Mackinac se convirtió en un lugar estratégico para británicos y estadounidenses, especialmente durante la Guerra de 1812. Se construyó el Fuerte Michilimackinac como punto de defensa militar, pero luego pasó a convertirse en un destino turístico popular cuando los estadounidenses tomaron el control del fuerte.
A partir de mediados del siglo XIX, Mackinac se consolidó como un refugio turístico. Los visitantes se acercaron atraídos por la belleza natural de la isla, y los carruajes tirados por caballos se establecieron como un medio de transporte cómodo y pintoresco. Desde entonces, los carruajes se convirtieron en una parte integral del paisaje turístico de la isla, y la empresa Mackinac Island Carriage Tours ofrece recorridos que permiten a los visitantes conectarse con el pasado histórico del sitio.
Mackinac se destaca por su enfoque único en cuanto al transporte. Mientras que en muchos otros destinos turísticos los vehículos motorizados son esenciales, en esta isla se mantiene un enfoque completamente diferente. El principal medio de acceso es por agua, a través de ferries que conectan la isla con Mackinaw City y St. Ignace durante todo el año. También es posible llegar en barco privado o en avión, aterrizando en el aeropuerto local.
El uso de vehículos motorizados en Mackinac sigue siendo excepcional, lo que contribuye a preservar el encanto y la tranquilidad de la isla. Allí, los caballos desempeñan un papel crucial desde que los británicos los introdujeron en 1780 para el transporte de materiales hacia y desde el Fuerte Michilimackinac. Hoy en día, los carruajes tirados por caballos son una parte esencial del atractivo turístico y su presencia añade un toque especial a la experiencia de los visitantes.
¿Dónde queda la "Isla Galápagos" de Argentina?
Dentro del amplio abanico de paisajes que hay en Argentina, las playas suelen ser lo menos explorado, ya que la mayoría de las personas suelen quedarse con los puntos conocidos de la Costa Atlántica o aquellos ríos que costean las zonas serranas. Sin embargo, hay un sitio en particular que tiene una playa conocida como la "Isla Galápagos" de Argentina y es poco conocida por los turistas.
Esta playa ubicada en el sur del país, destaca por sus aguas cristalinas, playas extensas y paradisíacas y con paisajes típicos de la Patagonia. Se trata de Bahía Bustamente, una aldea que se encuentra ubicada a 300 kilómetros al sur de Trelew, en Chubut.
Esta destino turístico es de acceso privado y está ubicada en la costa chubutense, en el sur de la provincia. Debido a su encanto natural y su imponente paisaje playero, este lugar fue apodado con el nombre de "La Isla Galápagos Argentina", debido a su gran parecido con el popular y exótico destino ecuatoriano.
Además de disfrutar de sus playas para relajarse e incluso nadar en el mar, hay varias actividades que se pueden hacer en el lugar, ya que fomenta el ecoturismo y la conexión con la naturaleza. Desde caminatas entre algas fosilizadas, navegación por costas habitadas por lobos marinos, avistaje de más de 100 especies de aves, y cabalgatas por la zona, se trata de un destino para aprovechar y conocer en su totalidad.