El Juzgado Criminal y Correccional Federal N° 1, a cargo de María Servini, solicitó una serie de medidas de prueba en el marco de la investigación sobre la represión en la que el fotógrafo Pablo Grillo, de 35 años, resultó gravemente herido en la cabeza. Según informó la querella, requirió una vez más que en un plazo de 48 horas que la Gendarmería Nacional remita copia del legajo del cabo primero Héctor Guerrero -identificado como el autor del disparo de la granada de gas lacrimógeno que hirió a Grillo-. No obstante, la investigación para conocer las responsabilidades políticas avanza a paso lento.
En la resolución de seis puntos, el juzgado pidió las actuaciones administrativas que habrían iniciado en contra de Guerrero -según afirmó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que se hicieron a pedido de ella- y dio un plazo de dos días para entregar el legajo (N° 103.205) de este gendarme. En ese mismo pedido, se solicitó que identifiquen al efectivo que en su casco llevaba la inscripción “Picha”. Esa persona fue señalada por la Comisión Provincial de la Memoria (CPM) como clave en las actuaciones de la represión.
Según especificaron desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) -que comparte la querella de la familia Grillo junto con la Liga Argentina por los Derechos Humanos-, es la segunda vez que Servini hace lugar al pedido de la Fiscalía para conocer las actuaciones de Guerrero durante la feroz represión de las fuerzas federales del 12 de marzo pasado en las inmediaciones del Congreso Nacional a propósito de la marcha de las y los jubilados que se realiza cada miércoles, pero que aquel día contaba con el acompañamiento de hinchas de fútbol y organizaciones políticas y sociales.
Cabe recordar, que el efectivo Guerrero fue identificado en la reconstrucción que llevó adelante la organización Mapa de la Policía tras la feroz represión que desataron las fuerzas federales.
En tanto, señalaron ante este medio desde el CELS, que aunque sumaron algunos puntos solicitados por la querella, “pasaron más de 40 días” y no hubo requerimientos que “apuntan conocer las responsabilidades hacia arriba”. Entre ellas, los listados de quienes se encontraban en la Sala de Situación de la Dirección General de Operaciones; los audios de las modulaciones radiales entre fuerzas de seguridad y funcionarios presentes; el contenido de las órdenes que autorizaron el uso de armas menos letales; y, en particular, las imágenes de las cámaras del operativo, que según afirmó Gendarmería, “se borran” a los dos meses de pasados los hechos.
Por otro lado, el Juzgado dio por recibido y sumó al expediente las fotos que sacó el pasado 12 de marzo el fotógrafo Kaloian Santos Cabrera, claves en la reconstrucción de los hechos y en la identificación de Guerrero.
Asimismo, piden al jefe a cargo de la Gendarmería Nacional: que informe la totalidad del personal que participó del operativo, quiénes eran las autoridades a cargo, el personal de la Sección de Empleo Inmediato (SEI) -a donde pertenece Guerrero-, qué personal utilizó lanzadores de gases lacrimógenos y el protocolo con el que debían utilizarse, el armamento con el que fue dotado el personal interviniente (tipo de armas, munición, modelo y serie).
En tanto, al SAME pidieron la planilla de atención médica de Pablo aquel día de la represión y al Hospital Ramos Mejía -en donde se encuentra el joven internado desde entonces- la historia clínica, que deberá ser examinada por el Cuerpo Médico Forense de la Justicia Nacional.
“Falta que se pidan las medidas que apuntan a conocer las responsabilidades hacia arriba”, dijeron a El Destape desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que es parte de la querella junto con la Liga Argentina de Derechos Humanos.
La semana pasada, el juzgado había aceptado como defensores de Guerrero a Martín Sarubbi y Claudio Pedro Nuncija. Como se contó anteriormente en este medio, Sarubbi intervino en casos de gatillo fácil en defensa de policías como en el caso de los condenados a perpetua por asesinar al adolescente Lucas González.
Cómo sigue Pablo
Según el último parte médico difundido por la familia, Pablo continúa estable en terapia intensiva y le sacaron los puntos y el tapón de la nariz tras la operación que le realizaron el pasado 16 de abril para controlar la pérdida de líquido cefalorraquídeo, el joven continúa recuperándose en el Hospital Ramos Mejía, de la Ciudad de Buenos Aires.
"Está sin pérdida de líquido cefalorraquídeo", afirmaron. "A seguir rezando, tirando energías y toda la buena vibra que cada vez falta menos", cerraron en el comunicado que difundieron familiares y amigues.