El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza por generar un deterioro progresivo de la memoria y la pérdida de la capacidad de realizar actividades cotidianas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 55 millones de personas viven con demencia. El Alzheimer es la forma más común de esta condición y representa hasta un 70% de los casos.
Teniendo esa información en cuenta, resulta fundamental detectar a tiempo la enfermedad y realizar un diagnóstico temprano.
Bajo este contexto, un nuevo estudio genera esperanzas en los expertos. La herramienta experimental en cuestión podría medir en tan sólo tres minutos el riesgo temprano de Alzheimer y así tratar la enfermedad de forma más efectiva.
¿Qué es y para qué sirve el Fastball?
La herramienta experimental que impactó en el mundo de la medicina neurológica se llama "Fastball". Consiste en una prueba basada en un electroencefalograma (EEG) que analiza la memoria de forma pasiva; es decir, sin exigir que la persona recuerde información.
Este nuevo avance médico utiliza pequeños sensores colocados en el cuero cabelludo, mientras la persona observa una secuencia de imágenes. En ese marco, se registran las respuestas automáticas del cerebro ante estímulos visuales previamente vistos.
El perfeccionamiento de esta herramienta es de suma relevancia, ya que podría permitir intervenciones farmacológicas tempranas, aprovechando tratamientos cuya eficacia es mayor si se administran en fases iniciales de la enfermedad.
Este estudio sería esencial para beneficiar especialmente a pacientes con deterioro cognitivo leve (DCL), estado que incluye alteraciones sutiles en memoria, pensamiento o lenguaje. El ensayo clínico inicial se realizó en colaboración entre la Universidad de Bath y la Universidad de Bristol y los resultados fueron por demás alentadores. Personas con DCL amnésico mostraron respuestas eléctricas cerebrales reducidas en comparación con quienes estaban sanos.
Si bien el Fastball no permite predecir con certeza quién desarrollará Alzheimer, podría servir para detectar quién tiene mayor riesgo y podría beneficiarse de fármacos como donanemab o lecanemab.
Los investigadores advierten que Fastball aún está en fase experimental y necesita validación con muestras más grandes y diversas. Además, señalan que el deterioro de memoria puede tener muchas causas, por lo que la herramienta debe usarse como complemento y no como diagnóstico definitivo.
El rumbo de la investigación se orienta a analizar cómo otros factores podrían afectar los resultados de las pruebas de ondas cerebrales. A su vez, se intentará explorar su combinación con otras herramientas diagnósticas, como evaluaciones cognitivas y análisis de sangre, con el objetivo de lograr un enfoque más integral para la detección temprana del Alzheimer.