¿Cuántas veces te pasó que estás buscando algo, pero de un momento a otro te olvidaste qué era? Los olvidos repentinos son más comunes de los que uno cree. De hecho, tienen un nombre específico: niebla mental. Si bien pueden suceder de manera aleatoria, también esconden algunas señales o alertas que nos envía nuestro cuerpo.
Olvidos y pérdida de memoria: en qué consiste la niebla mental
De acuerdo a un informe de BBC News, se trata de un estado que advierte sobre el cansancio cerebral, algo que repercute de lleno en cómo nos acordamos de las cosas.
Las principales causas de la niebla mental pueden ser:
- Estrés crónico
- Acumulación de responsabilidades
- Falta de sueño
- Agotamiento
- Mala nutrición
Todos estos factores son un combo explosivo que, a largo plazo, traen consecuencias como, por ejemplo, que el cerebro procese o responda de manera mucho más lenta. O se producen ciertos olvidos prácticamente inexplicables.
No obstante, se pueden encontrar otras causas de la niebla mental que tienen que ver más con el organismo de cada persona y la etapa que transita. La niebla mental puede ocurrir por cambios hormonales, por enfermedades autoinmunes o infecciones.
¿Qué hacer para evitar que la niebla mental afecte la rutina diaria?
Como este estado puede provocar un cansancio extremo, es importante crear hábitos que permitan mejorar la calidad de vida. Lo que recomiendan los expertos de la Universidad de Aberdeen está vinculado a poder anticiparse a lo que ocurrirá al día siguiente. Esto quiere decir que es una muy buena idea preparar la comida que vas a llevar al trabajo o incluso la ropa, solo por nombrar algunos ejemplos. Eso hace que, al levantarse, el cuerpo se encuentre más relajado y sin tantas presiones.
Otra sugerencia es utilizar calendarios para anotar cuáles son las cosas pendientes y cuáles no. Sirve para no sobrecargar al cerebro con información. Tomar descansos o pequeños recreos mientras se trabaja o se estudia también es algo que ayuda a que el cerebro pueda funcionar mejor. Con solo 5 o 10 minutos es suficiente.
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Otros hábitos que ayudan a mejorar la concentración y a evitar la niebla mental son el dormir bien (entre siete u ocho horas); alimentarse saludablemente con frutas y verduras; hidratarse y, por supuesto, realizar ejercicio periódicamente.