Con la llegada de las vacaciones de invierno, muchas familias se preguntan qué hacer con los chicos. Es muy común que en este momento del año, en el que no van a la escuela, los niños se aburran por no saber qué hacer con tanto tiempo libre en casa. Como consecuencia, a veces se pueden generar berrinches, discusiones o tensiones dentro del hogar. Para evitar todo esto, es importante seguir los consejos de los expertos.
Entre las bajas temperaturas, que limitan las actividades al aire libre, y el uso constante de las pantallas que tenemos al día de hoy, además de la convivencia 24/7, se genera un combo explosivo. Alejandro Castro Santander, escritor, psicopedagogo y director del Observatorio de la Convivencia Escolar de la UCA, dio algunos tips en diálogo con Cadena 3 para evitar el caos familiar durante las vacaciones de invierno.
Qué hacer con los chicos en vacaciones de invierno para evitar el caos en casa
1. Descanso adecuado y rutinas
“Cada familia tiene sus hábitos, sus historias y su cultura interna. No hay una única forma de organizarse, pero sí algunas recomendaciones generales”, señaló el especialista. En este sentido, señaló la importancia de equilibrar las rutinas con el descanso adecuado. “Muchos chicos tienen más tiempo libre, pero los adultos siguen trabajando. Esto genera un desfasaje que puede estresar la dinámica familiar. Por eso conviene prever tiempos compartidos y tiempos autónomos”, explicó. El especialista propone mantener ciertas rutinas, como los horarios para dormir y comer, pero con flexibilidad. De esta manera, los chicos pueden descansar, y a su vez, mantener un ritmo de actividades en casa para no quedarse todo el día en la cama frente a las pantallas.
2. Aprender a aburrirse para transformarlo en creatividad
Los niños suelen ponerse fastidiosos cuando se aburren, pero el aburrimiento, según el experto, es un gran combustible para la creatividad. Es justamente cuando nos aburrimos el momento en el que aparecen las mejores ideas. “El aburrimiento, en dosis moderadas, puede activar la imaginación y fomentar la autonomía. No es algo que haya que evitar a toda costa”, asegura. Y propone un “aburrimiento dirigido”: acompañar a los chicos con sugerencias simples, sin imponer. Actividades como leer, cocinar juntos o simplemente jugar pueden transformarse en momentos de aprendizaje y conexión emocional.
3. Aprender sin que se note
Muchas tareas cotidianas pueden convertirse en espacios educativos valiosos, sin necesidad de parecer tareas escolares, explica el psicopedagogo. “La cocina puede ser un laboratorio de química, matemáticas y también de convivencia”, comentó Castro Santander. Además, subrayó que no todo tiene que estar orientado al rendimiento académico. En países como Paraguay y Bolivia, durante el receso escolar, está prohibido enviar tareas escolares. Allí se prioriza el juego, el descanso y el desarrollo personal.
4. Limitar las pantallas
El uso excesivo de pantallas es un gran problema a evitar durante las vacaciones de invierno. Para el especialista, este riesgo crece cuando no hay otras propuestas o el clima impide salir. “Las tecno-vacaciones son un riesgo cuando no hay otras propuestas. Es fácil caer en la sobreexposición a dispositivos, sobre todo cuando faltan alternativas o el clima impide salir”, advirtió. Además, explicó que se suelen generar muchas peleas de hermanos cuando están mucho tiempo juntos. "Hay que prestar atención a cómo se sienten todos los miembros de la familia. El descanso también debe ser emocional”, subrayó.
5. Priorizar la lectura
La lectura es una de las herramientas más accesibles y valiosas que tenemos. “Elegir un buen libro, leer juntos, sugerir lecturas… Todo eso estimula conexiones neurológicas, la imaginación, el lenguaje. Y no necesita grandes recursos”, explicó el experto. Además, leer te ayuda a mantener la mente activa, estimula la creatividad, mejora el lenguaje, la concentración, la memoria, la empatía y el vocabulario, además de reducir el estrés y promover la relajación.
6. Tiempo de calidad
No se trata de llenar el día de actividades, sino de pasar tiempo de calidad en familia, buscando un equilibrio entre organización, libertad y conexión emocional. Como concluye Castro Santander, no hay una única forma de transitar el receso invernal, pero sí muchas maneras de hacerlo más llevadero: “No hay una fórmula universal, pero sí es posible pensarlo como una oportunidad: para el descanso, el vínculo, la creatividad y la autonomía”.