El hermano gemelo del Puente de la Mujer: está en Europa y fue diseñado por el mismo arquitecto

Esta construcción es la hermana gemela del emblemático puente de la mujer que está en Puerto Madero, pero muchos desconocen su historia.

25 de noviembre, 2025 | 13.11

El Puente de la Mujer, ubicado en Puerto Madero, es un emblema de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sin embargo, no es el único que existe: en Europa, hay una ciudad que cuenta con una construcción idéntica que fue diseñada por el mismo arquitecto.

El hermano gemelo del puente de la mujer se encuentra en Dublín, Irlanda, pero fue bautizado con el nombre de Samuel Beckett Bridge y diseñado también por el arquitecto español Santiago Calatrava. Ambos puentes comparten no solo la firma, sino una estética muy reconocible, con formas elegantes, estructura atirantada y un fuerte carácter simbólico.

Diseño y simbolismo: un puente que habla como un arpa

El Samuel Beckett Bridge une las orillas norte y sur del río Liffey, en la moderna zona de los Docklands de Dublín. Tiene unos 124 metros de largo y 27 metros de ancho, con carriles para vehículos, peatones y ciclistas. Lo más llamativo es su pilar inclinado, muy similar al que se encuentra en Puerto Madero, curvado hacia arriba, del cual parten 31 cables que sostienen la plataforma. Esa forma recuerda a un arpa tumbada, un símbolo nacional irlandés, y da al puente una silueta elegante y poética. 

Además, el puente no es fijo: está diseñado para girar 90 grados horizontalmente, lo que permite liberar el canal del río para el paso de embarcaciones. Esto no es solo una decisión funcional, sino parte de la visión urbana: el puente actúa como un punto de unión, tanto física como simbólica, entre las dos orillas.

El hermano gemelo del Puente de la Mujer: está en Europa y fue diseñado por el mismo arquitecto.

Paralelo contundente con el Puente de la Mujer

El Puente de la Mujer en Buenos Aires, otra obra de Calatrava, también fue diseñado con una idea escultural: su pilar inclinado y sus cables forman una silueta que remite a una pareja bailando tango. Esa misma búsqueda de estética, movimiento y simbolismo aparece en Dublín, aunque adaptada al contexto local: en vez del tango, el diseño evoca el arpa irlandesa. 

La semejanza entre ambos puentes no es una coincidencia: responde a un estilo muy personal de Calatrava, que mezcla ingeniería, escultura y poesía arquitectónica. Esa coherencia en su obra hace que el Bridge en Dublín pueda sentirse como una versión europea del Puente de la Mujer porteño, como si los dos puentes formaran una familia distante, unida por un mismo trazo visionario.