El cantor Edmundo Rivero es una de las figuras indiscutidas del tango y su bisnieta, Carmela Rivero, es la actriz protagonista de una de las producciones del momento de la plataforma Netflix. La joven artista destacó la personalidad del ícono tanguero oriundo de Valentín Alsina, remarcó: “Mi familia paterna se encarga mucho de recordarlo todo el tiempo”.
La actriz, de 21 años, heredó la pasión por la música de su bisabuelo Edmundo Rivero, pero protagoniza la serie “Atrapados”, una de las más vista de Netflix en la Argentina y donde comparte elenco con estrellas como Soledad Villamil, Juan Minujín, Alberto Ammann y Matías Recalt. “Yo quiero estar en una película de Pedro Almodóvar, me encanta él y me encanta su cine”, manifestó como deseo durante una entrevista.
Además, la joven que aprendió a tocar piano a los cinco años confesó: “Sueño con grabar mi disco con una productora copada”. “Tengo ganas de cantar en escenarios multitudinarios. ¿Cuáles? No sé, pero me imagino un festival con mucha gente. Fantaseo con tantas cosas... Con irme de gira con Cuentos y leyendas, con escribir mi propia obra y llamar a gente con la que me interese trabajar”, agregó ante La Nación.
Si bien no llegó a conocer en persona a Edmundo Rivero, Carmela lo hizo a través de los relatos de su abuelo paterno, que también era músico, y de su padre, Edmundo ‘Pelu’ Rivero, que eligió la misma profesión. “Es como el pelo que tengo o la forma de mi nariz, viene conmigo. Siempre tuve una sensación de que mi manera de estar en la tierra es haciendo arte”, expresó.
En ese sentido, la compositora explicó: “Es una pulsión que tengo y de chica también fue muy fomentada y alimentada y lo agradezco porque eso hace crecer cualquier cosa que uno traiga. Tenía un terreno completamente fértil para expandirme en todo eso que sentía que estaba en mí. Todo el tiempo estaba cantando, bailando, disfrazándome, actuando”.
Sobre los recuerdos de su abuelo reveló un mito familiar: "Te soy sincera, mi abuelo solo hablaba en formato anécdota. Sé que Gardel iba mucho a El Viejo Almacén, que era el bar que tenía mi bisabuelo y cantaban tangos. Parece que mi bisabuelo era una persona medio especial, un personaje. Siempre en el traje tenía un saquito de té de limón porque era muy metódico. Se levantaba todas las mañanas, vocalizaba dos horas, meditaba y siempre antes de cantar se tomaba su té de limón. No era muy sociable, no tomaba alcohol, no fumaba".
Sin embargo, es importante remarcar que El Viejo Almacén abrió sus puertas en 1969 y Carlos Gardel murió en 1935, por lo que los encuentros entre los íconos del tango no pudo haberse concretado.
La influencia del tango en la familia de Edmundo Rivero
“Él es cultura. Mi familia paterna se encarga mucho de recordarlo todo el tiempo. Fui educada con quién fue y qué rol cumplió en la música para su generación. Para mí el tango es completamente íntimo y me lleva directo a mi infancia, a mi familia”, detalló Carmela y completó sobre su abuelo: “Fue el que sostuvo su legado. Me cantaba sus canciones, me ensaña sus letras y me mostraba los cuadernos donde componía. La música de mi abuelo todo el tiempo dialogaba con la de mi bisabuelo”.
La actriz también agregó: “Parece que mi bisabuelo era una persona medio especial, un personaje. Siempre en el traje tenía un saquito de té de limón porque era muy metódico. Se levantaba todas las mañanas, vocalizaba dos horas, meditaba y siempre antes de cantar se tomaba su té de limón”. Sobre la personalidad del cantor, fallecido en 1986, Carmela completó: “No era muy sociable, no tomaba alcohol, no fumaba. Estudiaba dos horas por día digitación en la guitarra y le gustaba mucho la cultura japonesa”.