Kristalina Georgieva, EE.UU. y la interna del FMI

El estatuto del Fondo prohíbe a sus funcionarios tener injerencia en la política interna de los países miembros. Miembros relevantes de la tecnoburocracia y la mitad del directorio del Fondo se opusieron al acuerdo con el gobierno de Milei. La presión de EE.UU. inclinó la balanza. Un crédito político deberá ser negociado también en términos políticos.  

27 de abril, 2025 | 00.05

Existen antecedentes de directores gerentes del Fondo Monetario Internacional expresando respaldos políticos a gobiernos argentinos, aunque ninguno con el desborde expuesto por Kristalina Georgieva.

El 10 de octubre de 1998, el entonces número uno del organismo Michel Camdessus jugó fuerte, al afirmar que "el mejor presidente de los últimos 50 años es Carlos Menem". 

Fue una exageración que el francés reforzó con la siguiente sentencia: “La Argentina tiene una historia para contarle al mundo; es una historia sobre la importancia de la disciplina fiscal, el cambio estructural y de una política monetaria mantenida con vigor”.

La apuesta fue bien vigorosa porque invitó a Carlos Menem, en un hecho inédito, a inaugurar la asamblea conjunta del FMI-Banco Mundial, en Washington, junto a él y el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.

¿Qué pasó en la economía argentina después del apoyo de Camdessus?

A mediados de 1998, y desatada la crisis de deuda de Rusia, comenzó en el país la recesión más extensa de su historia, que se prolongó cuatro años, para desembocar en el derrumbe de la convertibilidad y el default de la deuda, en diciembre de 2001.

El estatuto del Fondo prohíbe a sus funcionarios tener injerencia en la política interna de los países miembros.

El amor es otra cosa

Otro caso fue el de Christine Lagarde, directora gerente del Fondo y también francesa. Mauricio Macri convocó a los argentinos a enamorarse de ella, luego de recibir el crédito más elevado de la historia del FMI entregado a un país, por un total de 57.000 millones de dólares, de los cuales se desembolsaron 44.500 millones. 

Lagarde hizo méritos para esa bobería de Macri, cuando pontificó que “los primeros dos años del gobierno de Macri han sido asombrosos; y esto lo digo como ex ministra de Finanzas de Francia y como actual directora gerente del FMI. Porque en estos años, las autoridades económicas han logrado tanto en términos de política monetaria, de la reorganización del gasto público para hacerlo más eficiente, de reducir la presión impositiva, adoptar las reformas que permiten la libre competencia y alentar el desarrollo de talentos”.

¿Cuál fue el saldo de la política económica macrista con la asistencia financiera excepcional del FMI?

La economía inició en 2018 un ciclo recesivo y de fuga de capitales, con un resultado electoral muy malo para Macri: perdió por paliza las elecciones presidenciales. A su vez, el Fondo Monetario, con este escandaloso crédito político, se anotó el fiasco técnico y operativo más contundente, hasta ahora, de su historia.

No hay dos sin tres

La convocatoria realizada por Georgieva a los argentinos para que voten la fuerza política de Milei avanzó todavía un poco más de los gestos de apoyo de Camdessus y Lagarde a gobiernos abrazados a programas de ajuste. 

La búlgara enfatizó que “domésticamente, el país irá a elecciones en octubre próximo y es importante que no se descarrile la voluntad de cambio. No vemos ese riesgo que se pueda materializar, pero urgimos a la Argentina a mantener el rumbo”. 

Habrá pensado que no era suficiente o que no había quedado claro el mensaje, por lo que repitió la consigna proselitista de Milei; “Argentina ha demostrado que esta vez es diferente”, 

Pocos días después de haber impulsado otro préstamo desproporcionado a la Argentina, revelando que el Fondo no aprendió nada del grosero error cometido con el gobierno de Macri, Georgieva destacó “la determinación para encaminar la economía de manera sólida” que tiene el gobierno de Milei.

Sin precisar la fragilidad y la contabilidad creativa aplicada por el equipo económico en variables macroeconómicas clave, señaló que “se pasó de un déficit a un superávit, de una inflación de dos dígitos a bajar al 3,0% en febrero, de una pobreza superior al 50% a una actual de alrededor de 37%.

¿Cuál será el resultado de la economía argentina con este nuevo experimento del FMI?

No hay dos sin tres.

El presidente Javier Milei con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.

Doble falta de Georgieva 

Fue tan grosera la intervención en la política argentina que, al otro día, intentó explicar lo que no permitía ninguna otra interpretación de sus iniciales declaraciones, cometiendo así una doble falta. 

El estatuto del FMI prohíbe a sus funcionarios tener injerencia en la política interna de los países miembros. Para no debilitar su autoridad en el Fondo y para evitar problemas con áreas de auditoría y control del propio organismo, y no por el impacto político que provocó en Argentina, Georgieva salió rápido con una estrategia discursiva de control de daños.

Afirmó que “las elecciones son para los argentinos, no para nosotros. Lo que hemos aprendido de la experiencia es que, muy a menudo, antes de las elecciones, los gobiernos debilitan su determinación de hacer reformas, por lo que mi mensaje fue para el Gobierno, que establezca el rumbo en beneficio del crecimiento de la Argentina, en beneficio del pueblo argentino”.

En un gesto dirigido al terremoto provocado al interior del organismo, Georgieva tuvo el respaldo de Rodrigo Valdés, director del departamento Hemisferio Occidental, área que tiene bajo supervisión el caso argentino. El funcionario chileno señaló que “la directora general (Georgieva) dijo algo muy simple: ‘las elecciones son para el pueblo, no para nosotros’”. No fue lo que dijo Kristalina. 

El Fondo siempre participa en la política interna de los países

En toda estructura burocrática existen funcionarios jerárquicos que se lanzan sobre la granada para proteger a su jefe. Esto es lo que hizo Valdés, quien insistió en que “para mí está muy claro el mensaje (de Georgieva), y también puedo decir que lo que estaba subrayando era la importancia de la continuidad política para apoyar la estabilidad y la recuperación de la Argentina. Sus comentarios reflejan las oportunidades económicas que tenemos por delante, y la importancia de que el gobierno permanezca en el camino”. 

Agregó que “no es una visión de un proceso político, de hecho, el FMI nunca toma posición”. Esto no es así por partida doble: 

1. Las declaraciones de Georgieva y de Valdés expresan la visión de gran parte de la tecnoburocracia fondomonetarista y de, por lo menos, la mitad del directorio del organismo sobre la política argentina.

2. Existen varios antecedentes que ilustran la toma de posición política del FMI, basta con observar los montos elevados de los créditos entregados a Macri y Milei, respectivamente. En sentido opuesto, estuvo el retiro del apoyo financiero a los gobiernos de Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa, acelerando ambos colapsos económicos. 

En los hechos, el FMI participa en la política interna de los países. En el caso argentino, sus planes de ajuste han sido invariablemente perturbadores de la estabilidad de los gobiernos.  

Por qué se sujetó a la suerte económica de Milei

Como se mencionó, existen antecedentes de titulares del FMI que caen en la tentación de embanderarse con gobiernos argentinos de derecha, con resultados desafortunados. 

Con los antecedentes conocidos, el episodio Georgieva provoca el interrogante de cuáles pueden ser los motivos de quedar atada a la suerte del plan económico de Milei.

Es una duda que compartí con dos economistas que conocen el mundo interno del Fondo y a la propia Kristalina Georgieva. Las opciones ofrecidas para la evaluación de las motivaciones de su intervención pública en la campaña electoral de Milei fueron las siguientes.

1. Porque quiere asegurarse de que se cobrará la deuda de Argentina, al reconocer, de este modo, que fue una decisión arriesgada ampliar la exposición crediticia del organismo con el país. Sabe que el fracaso del programa de Milei será su fracaso y, en esta situación, quedará fuera del cargo de privilegio del Fondo Monetario. 

2. Porque quiere congraciarse con Estados Unidos, país que tiene una influencia decisiva en el funcionamiento del organismo, como parte del juego político interno del organismo. 

3. Porque se entusiasmó con el proyecto político y económico de Milei.

4. Por otra razón que hoy no se conoce.

Oficialista y miedosa

La respuesta de uno de los economistas consultados fue sencilla: “Por cada una de esas posibilidades”. El otro fue más expansivo. Indicó que Georgieva se lanzó con estas declaraciones días después del fuerte apoyo al gobierno de Milei de la administración Trump a través del secretario del Tesoro, Scott Bessent. “Esto explica el timing de Kristalina”, observó

Señaló, además, que la primera opción sugerida es determinante del posicionamiento de Georgieva sobre el destino político argentino, al tiempo que “busca congraciarse con el gobierno de (Donald) Trump”, que respalda a Milei.

Georgieva desembarcó en el FMI con la propuesta de aggiornar las políticas regresivas del Fondo. Fueron los años de la pandemia y convocatorias a los países para proteger a los sectores vulnerables con medidas sociales, además de plantear una agenda de morigerar los costos del cambio climático.

Estas iniciativas fueron perdiendo fuerza y, desde que el año pasado fue elegida para un segundo mandato de cinco años, que culmina en el 2029, regresó a las fuentes: postula el tradicional y más regresivo plan económico del Fondo para países endeudados.

¿Por qué se produjo este cambio?, le pregunté.

-Kristalina sale a apoyar a Milei porque, en general, ella es oficialista. También es miedosa y quiere mantener su trabajo que, en el mundo de organismos multilaterales, es privilegiado

El secretario del Tesoro de EE.UU, Scott Bessent, presionó al directorio del FMI para la aprobación de la asistencia extraordinaria al gobierno de Milei.
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La interna en el staff técnico y en el directorio del FMI

Si había alguna sospecha acerca de que el crédito entregado al gobierno de Milei fue político, las declaraciones de Georgieva y de Bessent la despejaron. El economista consultado, parco en la respuesta sobre las motivaciones de Georgieva, ofreció, en cambio, una referencia clave sobre la vida interna del FMI y las diferencias que existen sobre la evaluación de las perspectivas de la economía de Milei. 

-"Fijate que hubo técnicos que no firmaron el acuerdo y que hubo diferencias en el directorio", apuntó.

Están confirmadas ambas observaciones. Una funcionaria relevante en la estructura burocrática del organismo no firmó el staff report, conducta que no es habitual. Ceyla Pazarbasioglu, encargada del Departamento de Estrategia, Políticas y Evaluación (SPR) del FMI, no avaló el acuerdo. Esta área del organismo tiene mucho poder y es conocida como la policía interna del organismo.

En el directorio del FMI también existieron resistencias al tipo de acuerdo impulsado por Georgieva y Estados Unidos. La agencia Bloomberg, en un artículo realizado por Manuela Tobías y Eric Martin, reveló que la mitad del board del organismo se oponía al nuevo préstamo a la Argentina, pero Donald Trump y Kristalina Georgieva presionaron para que lo aprueben.

Según Bloomberg, "alrededor de la mitad de los 25 miembros del directorio ejecutivo del FMI expresó serias preocupaciones sobre el préstamo", pero terminaron aceptando por las presiones políticas especialmente de Estados Unidos. Menciona que "si bien algunos (directores) plantearon la idea de abstenerse, en última instancia los países consideraron que el costo de ir en contra de la dirección y de Estados Unidos sería demasiado alto". 

A diferencia de la asistencia extraordinaria del FMI entregada a Macri, que recién un par de años después con las declaraciones de Mauricio Claver-Carone, actual encargado para América latina de la administración Trump, quien reveló que ese crédito inmenso fue definido por Estados Unidos motivado por razones políticas para ayudar en la campaña electoral, ahora, con Milei, esta misión queda clara desde el primer momento.

Más adelante, cuando el gobierno de Milei quede atrás y siga presente la inmensa deuda con el organismo, la negociación con el FMI tendrá que ser también en términos políticos.