Mezclar vinagre con bicarbonato de sodio para limpiar puede ser peligroso, según expertos. Esta mezcla se convirtió en un truco casero muy popular para limpiar diferentes partes de la casa, como la cocina o los baños, sin tener que gastar dinero en productos caros. Si bien es una mezcla muy potente y efectiva, lo cierto es que utilizarla conlleva algunos riesgos.
Desde el punto de vista químico, mezclar bicarbonato de sodio con vinagre, que es un ácido, se produce una reacción efervescente que genera dióxido de carbono. Esto se ve reflejado en las burbujas, que seguramente viste si alguna vez preparaste esta mezcla. Según Amanda Morris, directora asociada del departamento de química en Virginia Tech, el resultado de esta combinación es simplemente “agua glorificada”.
En una entrevista con The Kitchn, la experta explicó que el burbujeo de esta mezcla se debe a la formación de ácido carbónico, un compuesto inestable que se descompone casi al instante. "El movimiento mecánico de las burbujas puede ayudar a despegar residuos en algunos casos, pero una vez que desaparecen, la mezcla pierde toda utilidad", advirtió.
Aunque esta mezcla pueda parecer inofensiva, la reacción entre vinagre y bicarbonato puede presentar algunos peligros. Por ejemplo, si preparás esta mezcla en un recipiente pequeño, la acumulación de dióxido de carbono puede generar una pequeña explosión o abrir abruptamente tapas, causando accidentes menores.
Además, su uso frecuente y prolongado puede provocar irritaciones en la piel o reacciones alérgicas, sobre todo en personas sensibles o con problemas dermatológicos de base. Por otro lado, nunca tenés que dejar objetos en remojo con esta mezcla, ya que puede corroer materiales como plástico, goma o ciertos metales, especialmente por el efecto del vinagre. Siempre que vayas a preparar esta mezcla, hacelo con guantes, en un recipiente grande y preferentemente al aire libre. Evitá el contacto directo con la piel.
No es vinagre y bicarbonato: el mejor truco para sacar la grasa del horno y las asaderas
El vinagre y el bicarbonato de sodio son los dos elementos más usados en el mundo de la limpieza para deshacerse de la grasa y el óxido de las cocinas y los baños. Sin embargo, no son los únicos ingredientes caseros que sirven para limpiar completamente las superficies y dejarlas como nuevas. Afortunadamente, existe un truco todavía más sencillo.
Si no tenés bicarbonato y vinagre y querés limpiar tu cocina de forma rápida, para quitar la grasa de las asaderas, horno, hornallas y demás superficies, no te preocupes: todavía podés aplicar otro truco casero. Para esta técnica, el ingrediente secreto es el limón. No vas a necesitar ningún otro elemento más, ya que es un poderoso desengrasante.
Además de que la grasa en la cocina puede verse mal, es importante para la higiene de la casa y el funcionamiento del horno. Tener la cocina llena de grasa, además, puede afectar el sabor de tus comidas e incluso estimular la proliferación de bacterias. Para este truco, vas a tener que seguir un paso a paso muy simple.
El paso a paso para limpiar la cocina con limón
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Cortá un limón por la mitad: agarrá un limón fresco y cortalo en dos partes. Si querés potenciar el efecto, podés calentar el limón unos segundos en el microondas para que suelte más jugo.
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Frotá directamente sobre la superficie: pasá el limón por las zonas con grasa: hornallas, asaderas, rejillas, el interior del horno o incluso sobre la mesada. Hacelo con movimientos circulares, presionando un poco para que el jugo penetre bien.
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Dejá actuar unos minutos: esperá entre 5 y 10 minutos para que el ácido cítrico del limón disuelva la grasa. Si la superficie está muy sucia, podés repetir el procedimiento.
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Pasá un trapo húmedo: con un trapo limpio y húmedo, retirás el exceso de jugo y grasa. Vas a notar que la suciedad se levanta con mucha facilidad.
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Secá con otro trapo o papel de cocina: para terminar, secá la superficie con un trapo seco o servilletas de papel. La cocina va a quedar brillante, sin grasa y con un perfume cítrico delicioso.