En medio de la crisis económica generada por el gobierno de Javier Milei, la Justicia decretó la quiebra de una histórica fábrica que funcionaba hace más de 70 años y decenas de familias quedaron sin su fuente de ingreso.
Desde que repentinamente la empresa le comunicara a los trabajadores el cierre del lugar a través de un audio de WhatsApp en diciembre, hasta el momento los empleados trataron de buscar una solución, pero la peor noticia finalmente llegó.
Se trata de la fábrica de copetín Gonzalo, una de las empresas más reconocidas de Mendoza, en la que trabajaban 27 empleados, la mayoría con más de 20 años de antigüedad. La comunicación sobre la quiebra del lugar llegó a los trabajadores y trabajadoras a través de un audio de WhatsApp por parte del dueño de la empresa a comienzos de diciembre.
En las últimas horas, la jueza Gloria Cortés, titular del 2do Juzgado de Procesos Concursales, decretó la quiebra de la compañía. Por este motivo se abre la puerta para que el síndico designado empiece a trabajar en la liquidación de los bienes de la empresa.
La historia de copetín Gonzalo comenzó en 1952, cuando Gonzalo García llegó desde España. Su especialidad era la fabricación de papas fritas tipo snack.
La compañía mendocina contaba con 27 empleados de los cuales 15 se dedicaban a la producción y mantenimiento, cinco hacían el reparto, tres se ocupaban de tareas administrativas y la atención al público, más otros dos que trabajaban en Neuquén haciendo toda la distribución del Sur y otro en Tunuyán encargado del reparto en la zona del Valle de Uco.
Los trabajadores esperan por sus liquidaciones
En la medida que decreta la quiebra, la jueza Cortés también dispuso el cronograma que la ley de Concursos y Quiebras obliga para estas instancias. Concretamente, informes contables previos a la liquidación de créditos laborales y pago a acreedores. Se estima que la compañía debe 75 millones de pesos solamente con ARCA, que sumada a otras obligaciones, lleva al endeudamiento a una cifra superior a los $100 millones.
Ahora comenzará para los trabajadores un largo proceso para poder cobrar las liquidaciones correspondientes. A partir de la quiebra deberán darse varios pasos legales para obtener las compensaciones por los años de trabajo en el lugar que incluyen informes sobre la situación contable de la empresa, otro del sindicato y uno final de la Justicia. Se cree que los empleados tendrán el pago correspondiente recién el próximo año.