La comunidad científica no escapa de la sorpresa: un equipo internacional de investigadores logró algo que parecía imposible: generar hielo a temperatura ambiente sin necesidad de enfriarlo. El descubrimiento no solo desafía todo lo que se creía sobre la materia, sino que también revela una nueva fase sólida del agua, completamente desconocida hasta ahora.
El experimento, que ya está dando que hablar en la comunidad científica global, fue llevado adelante en el European XFEL, el complejo de láseres de rayos X más potente del mundo, ubicado en Alemania. Allí, los especialistas lograron forzar al agua a congelarse aplicándole una presión descomunal, similar a la que existiría a más de 600 kilómetros bajo la superficie terrestre. El resultado fue el nacimiento del hielo XXI, una estructura que se forma sin bajar la temperatura y que solo dura unos microsegundos antes de transformarse nuevamente.
Este descubrimiento no solo abre un capítulo completamente nuevo en la física del agua, sino que también permite imaginar procesos similares en ambientes extremos del sistema solar, como lunas heladas donde las presiones internas podrían generar estados fugaces y difíciles de estudiar. En este sentido, según los expertos, esto servirá para interpretar fenómenos geológicos extraterrestres y la dinámica de océanos subterráneos en mundos como Titán o Ganímedes.
¿Cómo fue el descubrimiento?
El descubrimiento comenzó con una gota microscópica de agua colocada entre dos diamantes especialmente diseñados para soportar presiones extraordinarias. Los investigadores sometieron esta muestra a pulsos intensos de compresión hasta alcanzar valores cercanos a las 20.000 atmósferas. Bajo esas condiciones extremas, las moléculas empezaron a comportarse de manera inusual, y es que, en lugar de congelarse por la pérdida de calor, se reordenaron impulsadas únicamente por la presión.
Ese reordenamiento dio lugar, por un instante muy breve, a una estructura sólida completamente nueva: el hielo XXI. Para registrarlo, el equipo utilizó los rayos X ultrarrápidos del European XFEL, una herramienta capaz de capturar cambios a escala atómica en tiempos ínfimos. Sin esa tecnología, la existencia de esta fase habría pasado desapercibida, ya que desaparece casi de inmediato para transformarse en hielo VI, una variedad exótica que solo surge bajo situaciones extremas.
Las imágenes obtenidas revelaron que el hielo XXI posee una arquitectura nunca vista, y es el de una estructura tetragonal formada por 152 moléculas de agua. Este diseño único confirmó que no se trataba de una variación conocida, sino de un estado completamente nuevo de la materia.
