Asombro por el “hábito clave” de los “más inteligentes”, según la Inteligencia artificial

La IA reveló cuáles son las prácticas más comunes entre los sujetos “más inteligentes” y causó asombro porque no son leer ni estudiar.

06 de mayo, 2025 | 18.48

Cuando se imagina a las personas de gran capacidad intelectual, es común evocar a individuos entre libros, dedicados al estudio o inmersos en profundos análisis frente a una pantalla. Pero la sabiduría trasciende la acumulación de conocimientos académicos, según lo reveló una consulta realizada a la Inteligencia artificial ChatGPT. Esta herramienta reveló que el hábito más importante entre las mentes más brillantes del mundo no tiene relación directa con la lectura o el estudio.

Según esta Inteligencia artificial, que fue entrenada analizando miles de biografías, entrevistas y patrones de comportamiento de figuras eminentes en diversas disciplinas, una característica común es la práctica regular del "silencio consciente". Esta actividad implica dedicar diariamente unos minutos a permanecer en completo silencio, libre de distracciones externas, con el propósito de observar los propios pensamientos sin juzgarlos ni intervenir en ellos.

Este hábito se encuentra frecuentemente asociado a disciplinas como la meditación, el mindfulness o lo que se conoce como “pensamiento profundo”. Figuras históricas de la talla de Steve Jobs, Albert Einstein y Nikola Tesla son citadas como ejemplos de individuos que cultivaban momentos diarios de quietud. Durante estos periodos, se desconectaban de su entorno para facilitar el surgimiento de ideas innovadoras y soluciones inesperadas.

Por qué el silencio es clave para la Inteligencia, según ChatGPT

La conexión entre el silencio y la agudeza mental no es fortuita. Numerosos estudios en el campo de la neurociencia sugieren que los intervalos libres de estímulos externos permiten al cerebro reorganizar la información de manera más eficiente, fortalecer la memoria y optimizar la capacidad para resolver problemas complejos. De este modo, el silencio se erige como una herramienta fundamental para el desarrollo cognitivo.

Uno de los estudios más influyentes en esta área fue dirigido en 2013 por la investigadora Imke Kirste en la Universidad de Duke. A través de experimentos con ratones, Kirste descubrió que dos horas diarias de silencio inducían la formación de nuevas células en el hipocampo, región cerebral íntimamente ligada a la memoria y el aprendizaje. Estas células recién generadas se diferenciaban en neuronas funcionales, un proceso biológico conocido como neurogénesis.

En tanto, el contexto actual se caracteriza por un ritmo vertiginoso de consumo de información. Las personas se ven bombardeadas por cientos de mensajes, notificaciones y estímulos digitales a lo largo de cada jornada. En este panorama, la habilidad de detenerse unos minutos y, simplemente, "no hacer nada" se convierte en una práctica infrecuente, pero portadora de beneficios significativos.

ChatGPT destacó que adoptar esta práctica de "silencio conciente" no requiere experiencia previa en meditación ni una formación especializada.

Por esta situación, ChatGPT subraya que "las personas más inteligentes no necesariamente consumen más información, sino que procesan mejor la información que ya tienen". Este procesamiento profundo puede verse notablemente favorecido por el silencio, ya que permite a la mente acceder a niveles más sofisticados de reflexión.

Luego, el asistente virtual destacó que adoptar esta práctica no requiere experiencia previa en meditación ni una formación especializada. Puede comenzarse con acciones sencillas, como reservar cinco minutos al día para estar en silencio en un lugar tranquilo, desprovisto de dispositivos electrónicos y sin tareas pendientes. El objetivo primordial es sentarse, observar el flujo de los pensamientos y regresar la atención al presente cada vez que la mente tienda a dispersarse.

Con el transcurso del tiempo, este ejercicio puede traducirse en una mejor toma de decisiones, una creatividad potenciada y una contribución sustancial al bienestar general. Aunque pueda parecer una acción simple, su impacto en el funcionamiento cerebral puede ser profundo.